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vendredi, juin 21, 2013

exceso de miradas

En París, las caminatas, la pérdida de identidad, a veces, una mirada me paraliza, una mirada que no ve, que no reconoce. Creo que eso es lo que más cuesta de una ciudad tan grande, tan llena de gente, no perderse en esas miradas, encontrar de nuevo su centro.
Yo he cambiado, no solo la edad, es también Venezuela, una vida sin muchas necesidades, sin ganas de poseer demasiadas cosas, para quedar libre para lo esencial.
De pronto, tanta oferta, tantos objetos bonitos, tanta belleza, pero también la pobreza de relaciones humanas,  son luces que enceguecen. Nunca miro las mismas cosas, mi ritmo es desfasado con el Mundo...

me pregunto en una calle: qué hago yo aquí, extrapolando, puedo preguntarme también, qué hago en el mundo?

Supongo que todoas nos hacemos esa pregunta, sin arrogancia, nuestra vida es tan, tan pequeñita. Hoy, algunas sonrisas, siempre me digo que cuando nos abrimos al mundo, las cosas fluyen solas. es la mirada que nosotras damos a los demás lo que hace que crezcan, que florezcan...

ganas de ir a leer a los jardines de Luxemburgo, a la cour du Louvre, pero, pero, me duelen los pies!!

tal vez nunca siento que merezco tantas cosas, no lo sé, la culpa es un sentimiento muy creativo...

ayer, en el bus, miraba a una mujer encinta, había algo de autosuficiencia en ella, algo que la llenaba de poder, de sentido...

tal vez siempre nos equivoquemos con los demás, todo son solo "impresiones"...


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