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lundi, mai 27, 2013

el centro

creo que podemos hablar de un tiempo en que todo conspira para que no podamos escribir, pensar... pensar, sí, a toda velocidad, pero existir a través de esos pensamientos, ocuparlos, es otra cosa.

ocupo mi cabeza, ahora mismo en esta casa de la montaña en Caracas...

por instantes un frenesí, unas ganas locas de besar a la vida en plena boca, un "chape" como decía en Lima... el otro día sentí con claridad pena al pensar en lo que sería "mi vida sin mí", como el excelente película de Isabel Coixet, cómo será esta casa sin mí, esta Caracas sin mí, mi caminata, mi música, Antonio, mi único mendigo apostado en una esquina.

A veces, en medio de tanto movimiento solo percibo una parte de las cosas, a veces, me fuerzo a mirar, a permanecer en una sensación y en una impresión. Por México he pasado también a toda velocidad, yo quería ir más lento, pero imposible. Recuerdo una sensación de frustración al atravesar la calle Durango, donde está el hotel La casona, tanta belleza, ufff!!
y tanto deseo, tantas ganas de ser como un colibrí, extraer la miel.

Llueve a cántaros, pronta a terminar de corregir la traducción de Flora Tristán, más un prólogo, me gusta esta sensación de trabajo arduo, me gusta, luego, la ficción, y todo depende de mí!!

pensaba en los rostros, los rostros, sus arrugas, sus partes más sensibles, las miradas, las que huyen, las que recorren... una tiene el rostro que merece y el mío, con la edad, tal vez se haga sabio, menos vanidoso, más real. Esa frase de la novela de Duras: me gusta más su rostro como es ahora: devastado....

esa frase...

En busca del tiempo ido

Entiendo perfectamente la idea principal de Marcel Proust, me es tan próxima, tan querida. Me refiero a eso de ir detrás del tiempo que se fue, caminar tras tus huellas, tratar de recuperar una parte de ti en cada lugar donde has estado. He sentido que, en México, yo estaba tras esas huellas, pero también que no regresamos nunca a nada, solo pasamos. Ganas de llamar a algunas personas que me inspiraron personajes, luego la idea lúcida de que no ganaría nada comparando mis versiones con las personas en carne y hueso. Tengo una sensación intensa de una cierta angustia al sentir que México seguía igual a cómo lo había dejado, ardiendo en su brillo, su monumentalidad me pareció más importante, casi con una total indiferencia. México es ese país hermoso, apasionante, que mantiene siempre sus venas abiertas, no sé por qué tengo esa sensación, es un país de un poder económico innegable y también es aquel país que empieza una campaña "contra el hambre". Un amigo me decía: a mí me pone muy en conflicto México, pero está hasta la cabeza en esta lógica ultraliberal, vamos a ver hasta dónde va.
En Cuernavaca otra vez esos campos con coronas de silencio prolongado, esa luz quemada y melancólica, esa discreción, ese secreto de la gente que percibí la primera vez a través de la novela de Malcolm Lowry. Si algo había percibido en su novela era esa forma de existir hacia el interior que nos da la impresión de no existir para ellos. Es una cultura que se mira a sí misma, y se mira en algún espejo del pasado. Tendré que regresar pronto a México, lo sé, como también vuelvo a mí en esta realidad más austera (quizás Caracas, que es muy pequeña comparada con México d.f me deje circular mejor en mi espacio interior) y me encuentro con alguien distinta, alguien que comprende que, cada día, cada mañana, la vida sigue, pero nosotroas hemos visto algo nuevo, hemos comprendido algo más, y tal vez eso haga que la vida, el tiempo, envejecer, sea también transformarse, cambiar siempre, ser feliz en esa aceptación de la absoluta contingencia en
nuestras vidas.

mercredi, mai 22, 2013

la mirada

estoy sintiendo, en México, los desplazamientos en la mirada, como ella se transforma, se compromete, se pierde en este vasto mundo de significados, de afecto, de separaciones, que es México. Hay una persona que está íntimamente ligada a toda esta exuberancia, a esta historia, incluso, sin que me pertenezca del todo. Por ejemplo, hoy, que revisitaba el museo de arqueología en Chapultepec, sentía que las culturas aztecas y mayas, tenían una relación distinta con la muerte (comparada con las antiguas culturas peruanas), que en ellos, la muerte era como una presenca casi querida,  un viaje necesario para el que se preparaban toda la vida. En mi cultura, no la siento así, al menos, los templos y rituales prehispánicos, siempre me han dado la sensación de ser más luminosos, aun  en su violencia. Es impresionante cómo todas estas culturas me atraviesan en tanto que sujeto, me pregunto cuál sería la parte de legado, que vengo arrastrando del Perú. No sé por qué esta idea se me ha venido espontáneamente.
En México la experiencia es densa y no permite estar tan sola consigo misma, creo que puede ser invasora, cosa que no me sucede en Venezuela. Allá hay un constante roce con la verdad de nuestras vidas, un estar siempre confirmando que no estamos en ella solo para recorrerla sino para darle un sentido. Así, el lenguaje es auténtico, no se pierde, no representa una realidad en términos abstractos, es...

hoy estaba impregnada de olores y sabores de México... he sentido que estos olores tienen tanta fuerza, son tan intensos, que me tienen presa de una especie de espasmo... anoche, cena en el San Angelín, velada con una pareja mexicana... mañana Cuernavaca...

dimanche, mai 19, 2013

el regreso a México

Creo que nunca me había ido de México, es decir, algo en mí no se había separado de este país en el instante de partir a la Venezuela donde ahora vivo ahora. A lo mejor, pienso, una nunca se va de aquellos lugares donde la experiencia ha sido intensa. Ayer, cuando el avión descendía sobre la inmensa ciudad, sentía que regresaba a mi casa, que esa ruta estaba en el interior de mí, y me sorprendía haberme separado tanto tiempo.

olores, colores, un sol distinto del de Caracas y del de Lima, o de París, es un sol más lánguido, las nubes son densas por la forma oblicua como el sol las atraviesa, y no sé, pero ayer les decía a Olivier y Jean-Francois, que había algo en el ambiente de denso, de melancólico, algo que parece un corazón atormentado latiendo en el interior de las personas, incluso en la tierra... ¿por qué siempre he sentido eso en México? Quizás porque ese pasado monumental, tan extraordinario, me ha marcado con su poesía, su violencia, su historia. La realidad de México, es poética, es un largo poema escrito por miles de manos, bocas que han hablado, y ahora, se retiraron a otro espacio y se mantienen quietas.
No bien llegada compré un jugo de naranja en un quiosco que acaba de abrir a unos pasos del hotel donde estamos. Había "mole", dos moles, me explicó la que parecía ser la mamá de los dos jóvenes que atendían, uno de ellos está hecho a base de unos 20 ingredientes, probé. Eran los sabores sublimes de México, el pasado, el presente, la historia, la duración, muerte y vida. Todo eso se me viene a la cabeza, y siempre he sentido que yo, Patricia de Souza (hablo solo por mí porque JF me dijo que lo que sentía era parálisis con respecto de la dinámica de Venezuela) recorro la sangre volcánica de México, que lo poseo...

anoche ha sido un recorrido de bares y calles por La condesa, donde vivíamos, tequila, margarita, comida deliciosa, manos manchadas de chile chiplote, de palta (aguacate), de frijoles, del olor fresco de la tortilla, nopales guisados... un festín... esta mañana me levanto muy temprano para escribir, ganas de poner todo esto por escrito...


dimanche, mai 12, 2013

Joyce Mansour


Joyce Mansour, la niña del cuento oriental

Joyce Mansour (1928-1986) no solo tiene un nombre literario, de alguna manera su vida también lo fue al estar en contacto con culturas diferentes y distantes. Nacida en Egipto dentro de la colonia inglesa en El Cairo, hace estudios en Suiza, regresa a su país, se casa, se entrena en la carrera a pie, queda viuda en 1947 y se vuelve a casar con Sami Mansour, de la colonia francesa del Cairo. Desde entonces, París entra en su vida, los libros, el Surrealismo, el ritmo agitado de una vida llena de amistades y de viajes. Su primer libro de poemas, Cris (gritos), lo publica las ediciones Seghers,  inmediatamente la revista surrealista Medium lo remarca y Joyce conoce a André Breton, quien la llamará “la niña del cuento oriental”. Joyce posee todos los rasgos inclasificables de la exótica, un físico fuerte, deportivo, un rostro anguloso, de rasgos felinos que ella explora en poses inmortalizadas por Man Ray y otros fotógrafos de su época, un carácter tumultuoso que con cada beso, inflama a cualquiera, sobre todos a los hombres que la adoptan fácilmente como su musa. A lo Anais Nin, a quien Joyce imagina como colaboradora y amiga, entra enseguida en el círculo parisino de Breton, menos atormentada que Unica Zurn quien al lado de  Hans Bellmer nunca logra superar las crisis depresivas que la atacan violentamente.  Ahora, la editorial Periférica decide publicar uno de los textos en prosa de Mansour, Islas flotantes, publicado en francés por Gallimard con el título Historias nocivas, junto con Jules Cesar. Islas flotantes es el relato alucinado, punzante y cargado de erotismo de Mansour. Los temas tienen que ver con la vejez, la enfermedad, y la fragmentación del cuerpo femenino. El tono es angustiante, de una prosa de nervio duro, incisiva, a veces, abismal. Hay que entender que ha sido escrito bajo la influencia de la escritura automática, a manera una inmersión en los sentidos de la autora que construye sus escenas como si fuesen cuadros surrealistas, sobre todo las que incluyen al padre. Varios de sus libros han sido acompañados por dibujos de Wilfredo Lam, Bellmer,  Matta, incluso el peruano Gerardo Chávez. Hay una tensión que se hace insondable en ella, un desgarro de la correlación narrativa que la crítica vincula a su género, lo que la llevaría a explorar situaciones que revolucionan el rol pasivo que tienen las mujeres en algunos textos eróticos, por ejemplo, el de Anais Nin y su Venus erótica. Hay que leer a Joyce Mansour dentro de la línea de George Bataille y Nadja.
Islas Flotantes, traducción y postfacio de Antonio Ansón.
Periférica
120 pag.

mercredi, mai 08, 2013

Melancholie

Solo aquí puedo decir ciertas cosas, recorrer la vida como una gotita de sangre sobre una espada de plata...
tratando de acomodar mi caos,
mi mamá en Lima
mi papá en Lima,

mis hermanos
muchas veces he llorado a mis padres y a mis hermanos en una calle de París, de México o Caracas...

el cielo está turbio, bajo... no siento sino una sensación suave, algo así como la saudade en portugués...

ganas de poner la cabeza sobre un cojín, tratar de soñar...
pensaba en mi padre, con quien hablaba hace unos instantes, la vejez me parece tan, tan escandalosa.  un embalsamiento, la invisibilidad social, todo, todo eso, me parece horrible...

cuántas personas lamento! a veces un padre ausente, a veces mi madre, siempre devota...

a veces yo, tan perdida en mi pasado...


jeudi, mai 02, 2013

¿Escribir?

primero: confesar que estoy saturada de información, que, todo pasa tan rápido, de manera tan cargada, que es casi imposible tener tiempo para escribir. algo me dice que esta nuevas formas de vivir "desconectadoas" tendrá consecuencia para quienes escribimos, tal vez, la escritura como tal desaparezca. ¿Por qué digo esto? porque cada vez es más difícil escribir sin interlocutores, es decir, nadie usa el mail, nadie escribe más de dos líneas, ni siquiera quienes nos dedicamos a eso. notaba esta semana, hay un empobrecimiento del vínculo social, todo tiene que ser inmediato, rentable, es la idea capitalista en todo, capitalizar, capitalizar.

no creo que tenga que ver con la edad, que, con el tiempo nos vamos quedando más solas, más replegadas cuando vemos que no obtenemos una calidad y una fidelidad en la comunicación. resistir, sin saber cómo. 
las ciudades se están haciendo cada vez más inhumanas, más violentas e intratables. a veces, no salir para no perder un mínimo de equilibrio, un mínimo de unidad. un yo no actúa solo, siempre está en contacto con los demás, y ahora el lenguaje escrito retrocede ante tanta bulla.

intercambio de mails con Annie Ernaux, ilusión de lograr hablar con alguien de las cosas que me importan, pero sé que esa Arcadia está lejana. no habrá mucho espacio para hablar, nadie quiere hablar, todoas estamos en repliegue. no quiero llenar mi blog de quejas, pero cada vez es más difícil remontar la realidad, instalarse en la fantasía.

el messanger obsoleto, el mail,, obsoleto, el blog, ¿obsoleto? se usa, se desgasta y se deshecha, casi nadie persiste.

insistir sola, sin que nadie siga.

¿será?