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jeudi, juillet 21, 2011

La atención

¿Cómo lograr una concentración sostenida, en este tiempo de bulla, de dispersión, de tiempo impuesto, no como proyecto, ni construcción, sino como una imposición dominadora, una dictadura?
Pienso: saber renunciar a la impresión de "formar parte" (aunque entiendo que es humanamente necesario, y quien no puede, no desea, pues se trata siempre de Deseo), de estar incluida en la prosa humana.  Por ejemplo, las redes sociales que pueden ser (y son)  una trampa, raras veces, un respiro. Casi nadie busca encontrarse de verdad con alguien, es más un medidor de la "visibilidad social"de cada persona (los mensajes tienen el sello de la "inmediatez", c¡muchas veces rozan la caricatura), una vitrina, a veces un encierro lejos del riesgo de verse, oírse, tocarse, estar en compañía.

Leo en un artículo sobre Edgar Morin, quien ha asumido la dimensión de un profeta: La tierra está impulsada por cuatro motores incontrolables: ciencia, técnica, economía y provecho. Todo tiene que ser útil, aprovechable, consumible y desechable, incluyendo los afectos...

Entonces, retirarse, saber economizar energías y distinguir en medio de tanta paja, el oro. ¿Hay oro o es solo la mirada quien lo ve??? Simone Weil decía: nadie supo reconocer todo el oro que había en mí. No sé si hablaba en pasado, pero dijo algo así, casi segura de ello.

relecturas obligadas para protegerse: Hanah Arendt, Simone Weil, Simone de Beauvoir, Camus, Shakespeare, Dostoievski, Nietszche, San Agustín, Freud, Foucault, Barthes, Kafka... larga lista de antídotos anti estés, anti ruido, anti falsificación-

ah, y Walter Benjamin, sobre la era de la falsificación, como falsificamos todo, incluso lo que sentimos y pensamos, ya no sabemos dónde estamos, qué deseamos...
el otro día vi un afiche muy divertido, una mujer abrumada por cientos de mensajes de consumo, de obligaciones familiares, casa, hijos, marido, familia, que exclamaba: encima hay que estar flaca!!
Conmovedor, como lo son las cientos de mujeres que ahorran para una cirugía de senos, y lucen orgullosas un escote que demuestra esa ascensión social de poder pagársela, como puede ser para los hombres comprarse un carro grande, o un Ipod....

saber dónde está su deseo, no hay cosa más agotadora, pero hay que hacer un paréntesis extenso como una playa desierta, volverse anacoreta, arrojar todo, entonces, a lo mejor ahí, sin atavíos ni avatares, podremos pensar mejor.

Mirar por ejemplo esta tarde de tormenta en Caracas, desde mi  casa, todo un privilegio:


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