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samedi, février 12, 2011

Vita vixit

La confianza en la vida se impone, mi madre, como una estoica, vitalista, se renueva, se va recuperando poco a poco, sin miedo, valientemente. Siento que la vida dicta su ley.... Los médicos han sido excelentes, bastante fríos, pero profesionalmente impecables. El INCOR (Instituto del corazón) está inspirado en un modelo brasileño y funciona solo hace unos meses. Es un local amplio, iluminado, moderno. Un lugar donde un enfermo se siente acogido, muy lejos de las condiciones de otros hospitales que, necesitan a gritos, mejoras...

Todavía tengo sueño rezagado, todavía algo de temor (Tristan Tzara decía que la enfermedad es siempre lo que le sucede a los otros, pero yo siempre pienso que también nos sucede a nosotroas cuando estamos presentes)... Y en toda operación delicada existe ese riesgo concreto. Mis amigos y mis amigas me han acompañado, sobre todo mi familia, y eso ha sido bueno, bueno recostar la cabeza...

Ganas de seguir con mi proyecto de traducir a Colette. Ayer alguien me dijo: en esta época, no hay tiempo para leer. Y no dudo que hay que ir a contracorriente para poder encontrar ese espacio...

Empujemos en contra...

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