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lundi, novembre 29, 2010

En horas

En pocas horas parto a Lima, ganas de estar allá. Fin de semana lánguido, una visita al centro de la ciudad, donde está la casa de Simón Bolívar. Releído El general en su laberinto, y, de pronto, la impresión que podía haber sido mejor una biografía. Es un recuento sumario des los desplazamientos de Bolívar, sus campañas, su salud endeble. Más imágenes en escenas hubiesen mejorado el conjunto. Me sorprendió la cantidad de gente que visita la casa de Bolívar y el Museo Bolivariano en la única calle colonial del centro de Caracas. La arquitectura es un caos, algo opresiva por ese mismo caos que es un tanto agresivo, es una ciudad que ha ido ganándole a la naturaleza, pero de manera ecléctica, como si llos habitantes no hubiesen pensado en quedarse... extraño. Luego terminé el libro de Colette, leído por segunda vez,  La naissance du jour,con algunas frases que se me han quedado en la cabeza: aprender a renunciar a ciertas cosas por dignidad...

El personaje de Vial...

Me llevo La fuerza de las cosas, de Simone de Beauvoir, y la edición de Quarto de A la recherche du temps perdu, la biografía de Manuela Sainz, la amante de Bolívar, y una biografía del mismo Bolívar, para mi padre que está en el hospital. Olvier me señaló una frase que estaba afichada en el patio de su casa: Manuela, la amo, pero viva; si muere, muero yo....

Bolívar sufría de insomnios crónicos y se paseaba desnudo por ese mismo patio, algunos niños, y jóvenes retozaban a nuestro alrededor con un ambiente de domingo. Percibo sangre tibia, atardeceres, pasiones, savia, lluvia, un poco de viento. Pienso en mis  padres, esta noche veré a mi madre y a mi Patricio...
afectos a los que no se renuncia nunca, o casi....

Otra frase de Simone de Beaavoir cuando habla de ella y Sartre: ambos buscábamos le "salut", que en castellano quiere decir, bienestar espiritual...

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