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jeudi, août 19, 2010

La frontera

Esta imagen de frontera, de separación de barrera, o corte, como abismo (como experiencia abismal, en la que el sujeto se diluye, se licúa, se pierde), como rechazo, es una impresión que me viene a raíz de las expulsiones en Francia (700 gitanos rumanos serán expulsados durante el verano) de los brotes de racismo en el mundo entero, de las nuevas fobias culturales, raciales, sociales, como las eternales fobias de género. Hay una gran parte del mundo que no posee derechos mínimos, porque mientras una parte del mundo veranea, toma sol, come, se divierte, ¿cuáles son los derechos civiles de los pobres y, en concreto, de estos gitanos europeos? Es decir ¿que representan en el subconciente y por qué se les expulsa? La historia de los gitanos en Francia es compleja, oía en la radio que durante la Segunda Guerra se les obligó a sedentarizarse por razones de seguridad, atribuyéndoles ciertas zona. Después, han regresado a su vida itinerante, que yo considero la forma más noble de vivir, la más humana, la más real. Difícil irse a dormir con esa responsabilidad de saber que eso sucede en este momento en el lugar donde me encuentro, casi imposible no sentir responsabilidad. Porque siempre, siempre pienso que la pobreza de los demás es una responsabilidad compartida, no es tolerancia lo que se exige, ¿tolerancia para qué, para que sigan existiendo pobres, para exonerarnos de la responsabilidad de pensar, para tolerar y desplazar la acción? Yo sé que muchas personas pueden pensar, ¿pero qué puedo hacer yo desde mi casa? Tal vez si todoas empezáramos a Dudar y pensar qué significa la responsabilidad, y por qué sigue habiendo un desfase tan brutal en el planeta, sería ya un comienzo. Sartre decía que plantearse un problema era ya una forma de resolverlo, o algo así.
Luego, mirando la televisión por cable (hoy he dicho, iré lento, lento), el canal venezolano, Tele sur, descubro todo lo contrario de lo que me dicen todas, absolutamente todas las personas a las que he preguntado por la vida allá, concretamente en Caracas. ¿Qué veo?  Una serie de programas sobre un país que parece estar buscándose, armándose, reconstruyéndose, un país "en obras", pero no autista,  ni tirano, abierto al mundo y conectado con su época y su planeta. Veo reportages sobre la necesidad de una recuperación agropecuaria, luego de la catástrofe que significó convertir a este país en un monoproductor, petróleo y solo petróleo. Veo que hay una importancia de lo colectivo, de la solidaridad, y veo reflexión (la presencia de lo simbólico asociado al presente, la literatura), por lo que me pregunto algo fundamental para alguien que escribe: que existe una lucha por la hegemonía en la interpretación. Es decir, los mensajes que me llegan, no me llegan claros, sino filtrados interpretados. Y sospecho, sospecho profundamente.

La lucha de hoy, en la novela, en el arte, en general, es por la representación y la intepretación de la realidad. Creo que lo he leído también en el libro de Nicolas Bourriaud que una vez comenté.  Entonces, regresando al tema que me inspiró este post: qué representa el (la) gitanoa? ¿No representa acaso la negación de todos los valores que defendemos en el Occidente, la posesión de la tierra, la familia, la patria, el status quo social, el valor ianlienable de lo individual, etc? Yo me temo que sí, y que esta fobia repentina hacia ellos, es desalentadora porque no hay memoria histórica frente a estas "hegemonías de la interpretación" y el valor que tienen, que además se ejercen de forma vertical, de arriba hacia abajo, sepultando cualquier duda, allí, bien el en fondo,mejor si es bajo tierra.

2 commentaires:

Anonyme a dit…

Los autores de ahora ¿escriben acerca de la realidad? Tengo serias dudas, de hecho los últimos novelistas hispanos jovenes que he leido, no suelen hacerlo, hablan de mundos virtuales, de blogs... pero nada que ver con lo que eran capaces de contar Balzac, Tolstoi, Twain, Galdós...

Patricia De Souza a dit…

Hablaba del valor humano, en este caso testimonial, de la escritura. No significa que las invenciones sean menos intensas, incluso en las escrituras "más literarias" (que plantean otro problema, identidad con el idioma, desraizamiento y extrañamiento) como Beckett, que pueden llegar a ser muy intensas. Todo depende del "quién", y de cómo se involucre, eso es lo que dije... al menos, es lo que leo yo...