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mercredi, septembre 09, 2009

Cultura pop

Copio aquí un texto sobre la Cultura Pop de la revista Trans, de la universidad La Sorbona. Es interesante...


Pop culture


El término pop culture – equivalente anglosajón de « cultura de masas » - designa un fenómeno cultural que, según el historiador Dominique Kalifa, comienza en los años 1860 y se desarrolla a lo largo del siglo XX. La pop culture abarca la industria cultural y los mass media en todas sus formas, de la prensa a internet, pasando por el cine, la radio y la televisión. Sin embargo esta definición no agota la complejidad del fenómeno: ¿Qué relación cabe establecer entre la cultura popular y la cultura de masas? La misma ambigüedad del término pop culture, comentado y traducido de maneras muy diversas por los especialistas de la historia americana (J.Portes, M.Kammen) atestigua la dificultad de establecer fronteras. ¿Los conceptos socorridos de “consumo”, de “serie’ o de “estereotipo” son suficientes para dar cuenta del fenómeno? Habitualmente contrapuesta a la cultura de élite, la cultura de masas ha sido considerada con circunspección desde hace mucho – y sigue siéndolo hoy día -, debido sobre todo a la crítica de la misma realizada por la Escuela de Frankfurt: según Walter Bejamin, la reproductibilidad técnica de la obra conlleva la pérdida de su “aura”. La difusión y el reconocimiento institucional del “pop art” ha acabado de desdibujar las barreras.
La literatura ha entretejido vínculos fundamentales con la pop cultura. Desde la aparición de la prensa de gran tirada, la novela folletinesca se transforma en un género extremadamente popular, lo cual no impedirá a Balzac, Sue o Dumas adquirir una legitimidad institucional.
La pop cultura ha constituido también una fuente de la cual extraer nuevos procedimientos de escritura. Si las técnicas del cine han tenido una influencia determinante en la evolución de la novela (Faulkner, Juan Rulfo), algunos novelistas actuales reconocen inspirarse en los procedimientos de escritura y de montaje de las series televisivas estadounidenses. Los fenómenos cada vez más frecuentes de hibridación de géneros parecen volver obsoleta la misma idea de “paraliteratura”: la novela y la poesía se mezclan con el de las historietas y cómics (los “poemas-historieta” de Orfi en los infiernos de Dino Buzatti, un nuevo género de “novela gráfica”); la novela negra ha sido ampliamente explotada por la literatura de vanguardia (empezando por le Nouveau Roman y sus epígonos), mientras que la Ciencia Ficción y la fantasy se afirman cada vez más como una cultura “legitimada” al acceder al título de literatura “de autor” – como se suele hablar del “cine de autor”.
La relación entre literatura y pop culture aparece también en lo relativo a los medios de difusión: a los ejemplos del folletín y de la prensa habría que añadir el de la poesía sonora basada en los recursos de la banda magnética y de la radio (B. Heidsieck, J. Giorno), el papel de internet (soporte de los “caligramas animados” de Xavier Malbreil, o de la primera versión en línea de la “novela” Tumulte de François Bon). Los nuevos media y sus potencialidades hipertextuales pueden también convertirse en procedimientos de escritura, como en la famosa novela The house of leaves de M. Z. Danielewski.
Habría asimismo que estudiar a los autores cuyo éxito se construye a partir de esta posición fronteriza entre literatura y pop culture: cabría citar a Douglas Coupland y el ya clásico Generation X. Tales of an Accelerated Cultura, que incluye en sus márgenes ilustraciones, anuncios y eslóganes propios de la pop cultura; V. Ravalec, autor de la premiada novela Cantique de la Racaille, pero también de un comic inspirado en los mangas japoneses, Tokio Girls, y guionista apasionado de Rock’n roll: o también al muy polémico Maurice G. Dantec, cuyas obras consiguen mezclar la novela negra, la ciencia ficción, el folletín e incluso el ensayo.
Por último, coincidiendo con el fenómeno de la Larga Estela – la diversificación de la oferta cultura en todas sus formas inducida por la explosión d’internet – cabría interrogar la misma noción de “cultura de masa”. Por ejemplo, en la figura del bloguero la noción de pop culture adquiere simultáneamente una increíble expansión y un postrer límite: cuando todo el mundo puede convertirse en escritor en la red y encontrar un público fiel, ¿tiene sentido todavía hablar de “cultura de masas”? ¿Cuáles son las transformaciones del “objeto literario” inducidas por estos fenómenos?
Todos estos procedimientos de préstamos, interferencias y aproximaciones entre literatura y pop culture constituyen el centro de nuestro interés, sin exclusión de géneros, pero desde una perspectiva fiel a la orientación comparatista de la revista.

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