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mercredi, décembre 03, 2008

justificarse


Pensaba en mi post de ayer. Las razones que me habían hecho sentir que o me empujaban a un cierto exilio interior y cómo la única manera como me siento en mi territorio, mi país, es la escritura. Esto por razones muy sencillas: la lucha constante por tratra de existir con libertad c dignidad, huuendo de las miradas reductoras, esencialistas (lo femenino y lo masculino como esencia, al traste!!), toda esa normatividad de la dicha naturaleza y que, muchas mujeres, sin saberlo se empecinan en defender. Es decir, existir más allá de un rostro y de un cuerpo, existir simplemente y salir del encierrto de las condenas sociales y las verdades adquiridas sobre lo femenino, lo inherente a la mujer... maternidad, delicadeza, cof, cof!! ...

Pocos hombres y mujeres se rebelan contra esos determinismos, y es terrible, porque la pasividad en esos aspectos es dominante. De ahí la sensación de encierro. En fin, me he pasado el día reinstalando cosas en mi computadora y me muero de sueño. Pero empecé el día con esa idea: la culpabilidad es un escándalo, proviene de la presión social sobre las mujeres que reaclamamos libertad y somos ridiculizadas en algú cliché fácil de asimilar, algún modelo oxidado que algunos hombres ven brillar como oro. Los hombres blinm blin, los necios y los sordos. Pero, no todo se detiene ahí, el bienestar de una mujer radica en estar más allá de esas miradas reductoras, no mojarse en esas aguas, en situarse por encima de ellas y no ceder. La inteligencia no cede, combate. Corte.

4 commentaires:

Baakanit a dit…

"Es decir, existir más allá de un rostro y de un cuerpo, existir simplemente y salir del encierrto de las condenas sociales y las verdades adquiridas sobre lo femenino, lo inherente a la mujer... maternidad, delicadeza, cof, cof!! ."

Eso sólo puede alcanzarse a través de las letras. Es una utopía. Poder verlo en el mundo real, ese tipo de igualdad, está fuera del alcance del entendimiento de la mayoría que habitamos la tierra.

El hombre y la mujer son símbolos, y categorizar, asociar, pornerle etiquetas a la gente basándonos en lo que hemos vivido y se ha vivido es algo con lo que nacemos.

A veces es mejor no irse tan profundo y aceptar que nadar todo el tiempo contra la corriente nos cansa. Podemos terminar ahogándonos.

Es muy difícil salir a la calle sin que se nos reduzca de alguna manera. La raza, la vestimenta, el sexo, tu posición social, etc, casi siempre será escarbada con los ojos.

En países tercermundistas como los nuestros las miradas llegan a ser hasta más pesadas.

Saludos, me compadezco de tu labor de reinstalar.

ciao

Maldoror a dit…

klaro, lo esencial o lo natural no debe servir para rekonocernos, el reconocimiento debe partir de otros aspectos. a mi me enervan las mujeres que reclaman diferenciación por su "naturaleza" sexual, pero esa marginación que han sufrido las mujeres a mi parecer les ha creado un subconciente de opresión del que no pueden huir aun. reclamar reconocimiento sobre la base de las diferencias de sexo es acentuar la diferenciación, la marginación, como decir: ok, mira leamos literatura hecha por mujeres, karay! ke tontería, leamos literatura sin más.

aunque suene kontradiktorio jeje, la lectura de la mentira de un fauno y de stabat mater me hizo saber que habian novelistas peruanAs. quizá falten más voces femeninas en nuestra literatura nacional, pero ojo que ese reconocimiento de "las" escritorAs debe partir de sus propios méritos, en fin ya me hice bolas.

saludos.

Patricia De Souza a dit…

Sí, B,los hombres y las mujeres repsresentan cosas, símbolos, y se mueven entre ellos... Pero, cosa importatísima, están compuestos, casi orgánicamente de lenguaje, y el lenguaje lo creamos y lo transformamos nosotroas. No son estructuras fijas, es justamente lo que digo: no hay que creerse esas "verdades esencialistas", y hay que reprobarlas, resistirlas, para mirar otros horizontes. Y respirar mejor. Bueno, resintalar, tiene su lado entretenido: aprendes cosas!!

Patricia De Souza a dit…

No, no ne haces bolas. Me parece genial que un hombre piense así. Ninguna mujer debería aceptar ingenuamente un paternalismo indulgente que pretenda reducirla a su género: uno de ellos es la estigmatización de la maternidad como su principal función social . Justamente, si desea la igualdad, debe huir de cualquier exoneración inspirada en el género, las cuotas, etc...