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lundi, avril 28, 2008

Los universalismos

Por estos últimos días, he estado pensando en los universalismos, sobre si esto es posible y cómo. Escribir sobre Foucault me ha hecho pensar en este tema y entrar en una contradicción: cómo actuar sino adherimos a una idea universal de justicia, de bienestar etc...? El otro día oía la intervención de un líder francés sobre la manera como los países occidentales podían intervenir en un país como la China, cuál es su deber de injerencia ( y su derecho). etc... Yo creo que todos nos plateamos la pregunta de cuáles podríans ser todavía valores universales? La máxima kantiana, o cristiana, actúa como si tú fueras el otro, están vigentes? Puesto que yo escribo, yo creo en el lenguaje, y en hecho de asumirlo como un instrumeto de transformación, es una apuesta. Yo sí creo que existen cosas que nos convocan y nos interpelan: el sufrimiento extremo, la violencia, la hambruna. Yo no creo que haya ninguna interpretación posible cuando un niño se muere de hambre o cuando hay personas que viven la violencia de una guerra o la orpesión de un sistema.
Podríamos interpretar de varias maneras los campos de concentración, el Goulaj... etc? Por eso, a raíz de varias discusiones, la inercia, no poner texto a ciertas experiencias, me parece una forma de huida, de cinismo. La falta de memoria, es decir, saltar por encima de ciertos acontecimientos, permite cualquier arbitrariedad, porque todo sucede en silencio. La discusión sobre los temas que más nos importan no dictaminan un tribunal, crean espacios de convergencia, de discusión que, de alguna forma, encuentran salidas, particulares, precarias, a las cosas que se viven. Por eso, me increpan ciertas pasividades, las femeninas, las masculinas, las que piensan que toda discusión está demás porque ya todo está dicho. Y más todavía si sucede en países como el mío. Cuantos debates quedan por hacer: no se debería pensar en una ley para el aborto, no se debería separar la iglesia del Estado, garantizar una educación más laica (cómo puede ser que la universidad más importante sea la universidad La católica?) etc... cuántas cosas y reformas quedan por hacer... no hay discriminaciones constantes, determinismos que son terribles y contra los cuales la educación, un lenguaje más rico, sí puede hacer algo. Un niño, un joven o un anciano que siente que puede tener una existencia digna, menos violenta y más creativa podrá también ser más generoso. Yo, sí lo creo. Hablando de mayo el 68 (guardando las distancias), Edgar Morin decía en El país que cuando se hizo la revuelta, desparecieron las patologías y todos los síntomas que produce una sociedad represiva... No se puede vivir en una sociedad en constante vértigo, no es humano. Y a cada nuevo ciclo, una nueva propuesta, una nueva exigencia de creatividad.
Hay una frase que encontré en un libro de Sollers, y es de Teresa de Avila, de quien Julia Kristeva acaba de publicar una biografía: El infierno es un lugar donde no se ama.

2 commentaires:

Fernando a dit…

Todo está por hacer.
Y todavía no se entiende, no le está muy claro a mucha gente que el hacer los señalamientos de las cosas malas que pululan en la sociedad es en realidad una verdadera prueba de amor.
Quedarse callados es por el contrario contribuir a que el infierno se perpetúe.

Rodolfo Plata a dit…

HAY DIFERENCIA NOTABLE ENTRE LO ESPIRITUAL Y LO SAGRADO: Una cosa son los universalismos del fenómeno espiritual de la trasformación humana que demarcan el camino ecuménico señalado por Cristo, que tiene por directriz la reflexión de la existencia antes y después de esta vida, a fin de alcanzar la vida eterna. Y otra los convencionalismos de lo que es sagrado para Israel (su: territorio, pueblo, ancestros, Jerusalén, Templo, Ley) que demarcan la ecumene Abarham-ica, que tiene por directriz la reflexión del devenir de Israel entre las naciones, a fin de sin escrúpulo alguno hacer de Israel la principal de las naciones. .http://www.scribd.com/doc/17694382/EL-HUMANISMO-SECULAR-CRISTIANO-Y-EL-DESLINDE-OBJETIVO-DEL-CAMINO-ECUMÉNICO