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samedi, mars 29, 2008

Svétaeva




Ayer, antes de asistir a un debate con Alain Badieu, filósofo comprometido políticamente, o públicamene, porque todos nos comprometemos políticamene desde que usamos la palabra para decir: yo pienso, yo quiero.


Voy a tratar de ser condensada proque he visto también el libro de Pascal Quignard, La noche sexual, y se merece un comentario aparte. O sea, fui a recoger el libro de Marina Svétaeva (se lo conté a Tatiana esa mañana), poeta rusa que he descubierto hace un tiempo, a un edificio en el barrio 14, con muros de madera y una chica muy amable que me invitó un té. Un volumen de 700 páginas, una joyita que no he tardado en devorar. Luego compré un cd con la entrevista que le hizo Bernard Pivot a Marguerite Duras, en su histórico Apostrophes, luego de que ella hiciera una cura de alcoholismo. En la entrevista ella habla de su madre, con quien la relación fue tempestuosa y me recordó algunas cosas que tienen que ver con mi propia historia. Hace poco discutí sobre lo que era la ecucación y defendí la idea de confiar en los hijos y no acosarlos mostrándoles desconfiaza. De alguna forma nosotros (yo y mis tres hermanoas) hemos crecido también como Duras en Saigón, com salvajes, como animales nobles, trágicos, brutales. Mi madre me dejaba hacer lo que quería con mi educación, no porque no le importara sino porque trataba de organizarse ella misma desde su separación. Y la entiendo muy bien, sin eso, yo no hubiera tenido la libertad que tengo ahora para escribir, en algo, se lo debo a ella, esa libertad que tanto molesta por ejemplo a ciertas personas, a mi querido amigo Manuel, quien se espanta (y se cierra con cuatro llaves) cuando me oye hablar y decir todo lo que pienso. Son lo que la Duras llama, las crestas del lenguaje, sus olas, que arremeten y golpean. Solo que siempre se puede salir nadando.




Si hubiese nacido en otro siglo, hubiese sido condenada sin duda a la hoguera.




Svétaeva escribe: si todo lo que doy a los muertos en el papel, se lo diera a los vivos, durante la vida, sería incalificable (me obstino) y pediría yo misma ser internada en una casa de locos.




Yo escribo: Si una puerta se cierra, busco inmediatamente la llave que pueda abrirla. Es el sentido mismo de la búsqueda.




MS: Me olvido de que soy una reina, cuando lo olvidas tú.




Yo: solo me olvido de mí misma cuando piensan en mí.




MS: Mi poder de soberana: olvidar que soy una reina; tu deber (de cortesano) recordármelo.




Yo, affectus siempre: si un hombre no me quiere es un enigma. O ha renunciado a quererme con mucho dolor, o simplemente ignora que me quiere.




Y ahora, me detengo con este diálogo, me aprieta el corsé de Princesa tan tan, no bromeo!... porque no siempre se tiene una imagen tan valorizada de una misma. Solo sucede en momentos de mucha lucidez... O de delirio.
Fotos: Duras, Svétaeva, y...




jeudi, mars 27, 2008

soirée Deligny

Cécile me convenció para asistir a un debate sobre Fernand Déligny: http://jlin.club.fr/etude/etude.htm. Eramos cuatro gatos, como se dice en Perú y terminamos bebiendo vino blaco Chardonnay en un bar con la autora del libro y un director de cinema que se molestó mucho cuando le hice algunas preguntas (me doy cuenta que exaspero mucho a aquelas personas muy seguras de sí mismas). Deligny, ya he hablado de él, era un educador que se especializó en autismo, pero sin estigmatizarlo porque para él era otra forma de lenguaje. Digamos que desde se punto de vista su perspectiva es anti-humanista, la renuncia al lenguaje!! Escándalo: cuando se habla de la imagen primera, fundadora, autista, yo siento que hay una especie de misticismo que no tiene nada que ver con lo que yo leo en las experiencias de autismo: un aislamiento, una soledad no elegida...

Radio: leen Los cantos de Maldoror!! Y estoy agotada, serena y agotada...

Cortázar

Leído en el diario Liberation (visible por Internet, liberation. com) un extenso artículo sobre Cortázar, justamente, a quien Millet cita entre los pocos escritores que le han dado un vigor especial a su trabajo, pero se olvida de algo, que ese vigor tiene que ver con una experiencia concreta y actualizada en el presente. Cortázar no era un nostálgico, estaba donde se encontraba, allí y no en otro lado. Fluía con su tiempo. Hay una cosa que me inquieta en las sociedades post-industriales: su pragmatismo. Hasta dónde se puede ser tan pragmáticoa??Otra cosa de la que siempre he oído hablar es de la generosidad de Cortázar, de boca de Ribeyro, de Mario Vargas Llosa y es cierto que su rostro es bondadoso. Su reconocimiento, casi tardío, me parece completamente merecido (acaban de salir una nueva recopilación de textos en la colección Quarto, de Gallimard). Me encantaría que el mundo este lleno de cortázares, así escribiría menos escéptica con este mundo literario que a veces me aterra por su violencia. Sino fuera por algunos lectores, creo que abandonaría. Visto, también un libro de Florence Delay, novelista que fue a parar a la academia de la lengua, como Yourcenar, sobre España y sobre Vallejo, a quien cita varias veces, Los heraldos negros y España, aparta de mí este cádiz...

Sol brillante, ganas de escribir y, sin embargo, retención, como si dudadse que algo vaya a cambiar por la fuerza de las palabras, si fuese solo cierto, que algo se transforme dentro de mí, que algo se mueva hacia la epifanía. Algo.

enseguida, música de Rokia Traoré, yeah!http://es.youtube.com/watch?v=VrMHo6u5vQc

sorpresas

No dejo de sorprenderme leyendo a Millet, por instantes me exapsera, y otros, me gusta lo que dice por ser exacto y tratar de ir siempre al extremo de la frase, si rodeos. Hay desesperanza, cierto "noirceur" que es imposible revertir sino es a través de una ascésis determinada que pueda borrar lo que creemos como una confirmación de lo que pensamos o sentimos... sino fuésemos tan creyentes!!

Cito fragmentos:

Modiano (Patrick) que todo el mundo ensalza como el gran escritor francés por su último libro mientras que yo soy el reprobado, el punto negro del autor de "Pedigrí". Es verdad que tiene todo para gustar: una sintaxis simple, un vocabulario todavía más restringido que el de Racine, y que no habla ni de sexo ni de muerte, y que juega con la ambivalencia de lo que se ha perdido, lo que hace sin duda de él un escritor. Una especie de Simenon sin pesimismo que trabaja sobre la memoria reciente. En ese sentido, él es el escritor nacional. En una entrevista en Le point, una periodista me hace decir lo que no he dicho realmente (Richard Millet afirma que la literatura cumplió su tiempo de vida) olvidando precisar: Puede que... Lo que da a mi declaración una fuerza implacable pero inexacta(...) Modiano afirma no estar de acuerdo conmigo. La metáfora botánica que emplea es seductora: la literatura aseguraría su sobrevivencia por medio de injertos y combinaciones. Pero la unanimidad halagadora que acoge sus libros desde hace 40 años, es reveladora, no de la indiscutible calidad de sus libros, de los cuales algunos me gustan mucho, pero más bien sobre el estado de un país que sigue rumiando la felicidad de los años sesenta y el perfume venenoso de la Ocupación.

Ninguna escuela puede enseñar a escribir. Tampoco aprendemos a morir. Al menos podríamos conocer el idioma antes de convertirlo en extranjero por medio de la escritura.

Hay otras cosas que dice sobre la literatura latinoamericana que me han dejado pensando: yo tengo mi propia lectura y no estoy de acuerdo con lo que dice. Ya lo comentarés, se lo comentaré y se los comentaré a ustedes que están muy silenciosoas...


mercredi, mars 26, 2008

acoso a Millet

En la noche de ayer, empecé a leer el libro que mi amigo Richard Millet me regaló, uno suyo, por supuesto: Opprobe. Ya he hablado varias veces de esta relación, pero ahora, simplemente es importante que precise algo: leyendo Oprobio, que es como se llama este ensayo sobre la demología, me digo varias cosas. Que mi amistad con Millet es soprendente, poque me permite ser como soy, auque estemos en desacuerdo casi siempre. Ahora, habría que ver qué me esconde M!!! No lo sé, pero yo suelo desmitificar lo que para la mayoría de la gente es un tabú: la maldad, una cierta inteligencia de la maldad. Yo estoy convencida de que no existe. Leí un artículo de Vargas Llosa que celebraba la capacidad de Celine para denunciar la mentira y el amaneramiento de esta época. Se pueden leer a esos autores amargados, desencantados, xenófobos, hasta la demencia, en el caso de Céline, y cómo justificarlo? Entre Céline y Millet hay una gran distancia. Millet es un gran moralista, un obsesivo del estilo, un enfermo del estilo, y un desencantado que llora frente a su imagen sobre le espejo deformado, pero no es un fanático. Cito un fragmento que lo describe: Busco un punto absoluto que significaría una ley qe me separe de mis contemporáneos: esta ley no puede ser mas que la escritura. Si me han leído bien (incluyendo mis novelas) me comprenderán. Lo que digo de los hombres no debe ser tomado al pie de la letra periodística o política: me sitúo simpre en otro lugar. No hago sino recordar que lo puede parecer maldito en mí es la búsqueda, a veces violenta, pero siempre áspera, de la verdad, sobre mí, sobre los demás, sobre el mundo.

Y aquí puede haber un punto en común entre yo y él: el de tratar de reconocerse en todos sus gestos y pensamientos, incluso los más rudos. Es cierto, pero, al margen de su soberbio estilo, de que hayan existido en la tradición francesa una larga lista de autores moralistas, incluyendo a Rousseau, cuya frase (sino soy mejor, al menos soy otro) equivaldría a esa de Millet quien no se deautoriza sino que se reconoce como "Otro", el que piensa, el que moraliza y se defiende.

Lo que em separa de Millet digo, son sus ideas de índole filosófico, sus creencias y sus orígenes. La suya, su filosofía, está basada en una tradición judeo-cristiana que él reivindica continuamente, uan idea de lo sagrado más teosófica que secular. Yo soy compleamente secular, en el sentido que las ideas que poseo no las he extraído de la religión sino que las he ido construyendo yo misma y las veo como pasajeras o suceptibles de cambiar. Sí, como Richard, yo también me he preguntado si lo "políticamene correcto", no es una forma de enmascarar nuestras debilidades, si, la izquierda y el pensamiento humanista existe todavía, si esta palabra, humanista, significa algo, si la democracia es posible en este mundo globalizado de libertades restringidas, y siempre la respuesta se nutre de valorizar a las personas como capaces de ser autónomas, libres, en no estigmatizar nada, en dejar de pensar en categorías clásicas, en ponerlo en duda todo, en Consruir y Construir deshaciéndose de todo prejuicio. Una cosa que no comparto casi con nadie es mi idea sobre lo ilsutrado, lo sabio, lo elevado, lo espiritual. Pese a este mudo mediatizado, bullicioso, infernal, las personas más comunes producen contenidos y sabiduría, simplemente existiendo día a día. No hay ningua civilización superior mientras esta no consiga la libertad de sus pueblos, este puede ser mi único paradigma universalista... Y por último, no creo en la maldad, no, cualquier cosa atribuída a fuerzas exteriores me produce ternura. La maldad se da en la superficie, en esa conjunción de gestos espontáneos, no reflexivos, que produce la estupidez de la alienación, pero no en las profundidades de nada. La maldad, el Mal absoluto no posee espesor, es un vacío de lenguaje, y en esto, estoy completamente en descuerdo con todas personas que se aferran a categorías. Son dos posiciones distintas: querer fijarse a una estructura, denunciar que una Fracia desaparece, que un idioma desaparece, y otra que es movimiento. Yo no subestimaría tanto la capacidad de las personas en su selección de valores y significados, me hace pensar en la película Misión, en cuando llegan los jesuítas a Paraguay y afirman que los indígenas son incapaces de comprender la música clásica negándose a tocar para ellos. Pero uno de ellos (jesuíta) sabe que la sensibilidad no tiene nada que ver con el aprendizaje (sino habría tanto Tonto culto!!), nada, es una experiencia sesible, asbtracta, impredecible. Voilá. Y ayer, mientras discutíamos acaloradamente sobre la desaparición del latín en las ecuelas francesas, yo me decía: sí que me cuesta mantener este punto de vista sin el paradigma de la civilización. Porque mi intuición me lleva por ahí: tutti le mundi, tutti quanti es capaz de los sentimientos más sublimes, esto es solo una cuestión de oportunidad y de un azar bienaventurado. Bienvenidos los bienaventurados.

Hay frases, a la manera de aforismos de Millet, alucinantes, recuerdan a lo mejor de ls grandes moralistas franceses:

Privilegio de los mártires y los santos, y también de los escritores, estoy vivo en mi tumba.

Cuelgo un video, que yo encuentro divertido, du méchant Millet, que no creo que mate a una mosca y que es de una timidez impresionante. Esto sucede en su oficina de Gallimard, patéica mi voz por su tono!

ps: sensación de que no se puede adjetivar fácilmente. Por ejemplo, llamé "La femme laide" a una persona, haciendo alución al apodo que le puso Simone de Beauvoir a Violette Leduc, hasta dónde podemos ir con nuesras irreverencias?

mardi, mars 25, 2008

Existir

Me cuesta comprender cómo, cuando tratamos de autorizarnos a ser como somos, terminamos invadiendo. Quiero decir, hay una dialéctica de subsistencia que se parece más a la de "amo y esclavo", y no a aquella que yo pretendo mostrar como "hermanos", la dialéctica de la conjunción y no de la distancia. Pero, parece casi imposible. Sartre decía que la amistad y el amor eran una tiranía concedida, es decir, el oprimido aceptaba ser oprimido. Y me rehuso a pensar así. En toda relación hay dos personas que consienten, que aceptan ciertas reglas y las ponen a prueba. Y, si se da simbiosis, no es responsabilidad del que la inspira sino del que la vive así. Al menos, prefiero pensar en una sociedad de personas autónomas que pueden decidir. Lo digo a propósito de mi relación sobre todo con las personas de género masculino, con las que surgen más dificultades, aunque no sean la escepción. Pues bien, una vez los dados lanzados hay que decir las cosas como son (no es cierto asper?). Es cierto que muchas veces las cosas toman un curso violento y tenemos la impresión de que vamos a desaparecer en ese marasmo, que nos ahogamos. Ahora conversábamos con Millet una esquina de la calle Sebastien Bottin, a la salida de Gallimard, de esas cosas. El me hablaba de una persona y me decía cuán violenta había sido esa relación, pero yo le decía, ante sus deseo de matenerse a salvo, no era más bien el miedo que sentía de sus propios sentimientos, de su propia violencia? No sé, pero muchas veces hacemos responsables a los otroas de lo que nosotros sentimos, porque elloas, son un espejo en que queremos vernos tal y como deseamos, espejo que no siempre refleja una imagen buena, ni valorizada, simplemente humana, con cualidades y defectos. Ynada más. Por qué esperar que los otroas nos den lo que no podemos extraer en el fondo de nosotras mismas. Entonces levantamos ese dedo fatídico y acusamos, como acusamos a nuestras madres y nuestros padres de habernos traido al mundo sin que lo hubiésemos pedido. Si hubiésemos decidido, no sé dónde lo leí, todo estaría justificado. Sucede también que insisto en que las relaciones entre los hombres y las mujeres son cada vez más complicadas, más sometidas el canje mercantil al que se somete toda sociedad contemporánea y que produce pánico, lo hace, porque no sabemos medir la capacidad creativa de nuestro deseo, por falta de experiencia, pero sobre todo, sobre todo, por falta de confianza en nosotroas mismoas....

esa o y o unidas, debería ser no una simbiosis sino un motor de exploración, de libertad. Se puede? Tal vez sí y tal vez no, pero en todo caso hay que intentarlo. Es doloros equivocarse en sus elecciones y sus juicios por miedo, miedo de qué? Y sin embargo todos sentimos miedo de nuestro deseo, de decir: aquí estoy...

He filmado el Pont neuf (el más antiguo de París), que está como nuevo, lo acaban de limpiar, mientras regresaba de ver a Millet en Gallimard... bonita imagen nocturna de París que quería compartir con ustedes.

lundi, mars 24, 2008

Tratamos

Sí, a veces tratamos de aproximarnos de una imgen que se hace cada vez más virtual: nuestra propia vida, a la distancia, cuando tenemos una noción de tiempo intensa. Lunes de pascual, frío glacial, blanco. Cielo bajo. Espero que no nieve!!

Este momeno ahora, concreto.
Y estos sentimientos fragmentados.
Estas escaleras, este subir ya bajar escaleras,
estas calles de París y la sensación de ser nada
O casi nada
esta vida pasajera e intensa
este querer decir y no poder
y cerrar los puños
este día nublado y la tristeza
Y las ganas de salir y decir: buenos días, aquí estoy!
de querer cambiar el curso de las cosas,
limpiar rostros entregar sonrisas
este tanto querer...

dimanche, mars 23, 2008

un día más

Taza de té frente a la ventana mirado el cielo de París.
Conversación con mi madre, me entero de que mi abuela paterna se fue el 18 y que habían evitado decírmelo por miedo a desastabilizarme. No pude recrimirárselos aunque lo pensé y yo me haya venido preparando para eso. Hace un mes, durante mi estadía en Lima, fui a verla. Estaba muy mal, muy cansada, muy anciana y por esa razón pensé que le decía adiós. Casi no veía y solo me hablaba intuyendo. Me dolió mucho verla así, la vejez es cruel, y a veces, sin quererlo, ns olvidamos de acompañar en ese periodo que todos viviremos. Le tomé la mano y se la retuve largamente, mientras le decía que la quería mucho, por lo menos, hice eso. Mi abuela paterna, Oma, como le gustaba que la llamaran por coquetería aprovechando el hecho de tener dos nietos que hablaba alemán -el hermano de mi padre se había casado con una alemana- siempre fue una mujer muy fuerte, quizás un poco endurecida por la vida. Se hizo sola, crió sola a sus hijos, trabajó mucho y siempre estuvo orgullosa de ello. Pero, en el fondo, siempre sentí mis distancias con mi abuela, distancia de valores y de contenidos. Me daba mucha pena no poder compartir ciertas cosas con ella que era tan pragmática y tan decidida. Pero, mi oma, me regaló el primer viaje a París y fue en parte, artíficie de lo que vivo ahora. No me siento muy bien hablando de este tema, tal vez por la proximidad, pero, por una vez, es una ausencia que había aceptado, por el tiempo, con serenidad. Me vienen instantes de mi abuella llegado a Chaclacayo con bolsas de frutas en un auto negro (con su chofer de la UNI, porque trabajaba allí como jefa del departamento de escalafón), también los pellizcones en las mejillas y su colorete que me marcaba las mejillas. O aquella que reía fácilmente. Prefiero pensar en todo eso, en esas tardes en su casa de Miraflores oyendo una canción de Joe Dazan o en sus conversaciones. A veces, en verano, íbamos a pescar a Pucusana con mi padre y luego llegábamos donde nuestra oma cargados de bolsas de pescado fresco que ella entregaba a la empleada para limpiarlos. La veo, muy bien, y eso es lo que matendré como imagen de ella.

Trato de leer la novela Bolaño 2... y no puedo entrar. Me pregunto si no se debe al hecho de que es una realidad textual más que vivencial, demasiado litraria para implicarme. Intentaré de nuevo, pero presiento que...

ganas de ir a caminar por la Place de Vosges y ver la casa de Víctor Hugo (me da valor y energía, es una hermosa casa de escritor), pensar un poco en lo que vivo, esas cosas que escribo... Todo va muy rápido. A estas horas parís está vacío, salvo las panaderías que siempre abren muy temprano.

samedi, mars 22, 2008

Hoy me levanto: día nuevo, menos resfriada aunque hace un frío raro para el mes de marzo. Repaso la exposición de ayer, mis ganas de estar conectada conmigo misma y la porosidad del jurado. Finalmente las más severas, fueron las mujeres. Y, justamente, cuando hablaba de la relación entre la literatura y el poder. Terminé con una citación de Madame de Stael que está en el anterior post. Besssiere, el presidente del jurado, fue tajante (mientras yo me decía, diablos, que si me dicen que no!!): indudablemente el trabajo se justificaba plenamente en su planteamiento y su análisis, y por qué no, por qué no, aceptar un análisis más ensayísico, una forma que al mismo tiempo que desea afirmarse se pone en duda? Esto, lo dijo porque es cierto que en este trabajo (que yo veo como ensayo y parece que ellos también), hay un recorrido que interpela la creación, pero que al mismo tiempo la afirma en toda su precariedad, es un poco la escritura de la que siempre hablo. Nada es irrevocable sino ese texto que emerge se muestra, mira, toca, y luego se sumerge, Increíble que la universidad francesa haya aceptado un punto d vista tan exógano, ahora, me dejarán decir eso a los alumnos??? Recuerdo cuando llegué a Francia y no entendía el francés, era como un mundo cerrado, sin luz, que, poco a poco, fue cobrando sentido y a llenarse de significados nuevos... Escribiéndose. en fin, sigue haciendo un frío de "cannard", ganas de flanerie por las calles de París...

video: un fragmento de la exposición de ayer...Se lo dedico a mi familia, a mis amigos y a todos los que me han acompañado. Gracias.
Ps: olvidé algo importante, los nombres de las personas del jurado: de izquierda a derecha: Stéphane Michaud, director de mi tesis (germanófono, y especializado en el Siglo XIX), Mairie-Madeleine Gladieu (hispanista), Jean Bessière, Director de la escuela doctoral en literatura comparada de La Sorbonne Nouevelle, y Marie Spiquel, especialista en literatura francesa.

vendredi, mars 21, 2008

Saliendo

Bueno, finalmente, la última prueba, ya la pasé, acompañada de las personas indispensables y queridas. Larga exposición, polémica, pero, finalmente, la universidad francesa no me ha decepcionado en su apertura de espíritu y su generosidad. Caminábamos por las calles con un frío imposible, glacial, pero sonríendo, nuevos, felices... Yo estaba contenta pese a estar archi resfriada de haber salido bien parada de la prueba. Y ya, pasado el doctorado, agradezco desde lo más íntimo, los apoyos, las manos extendidas. Hay algo que tiene sentido en todo esto y es que las personas siempre saben entregar... Cuando damos algo, aunque sea muy poco...

jeudi, mars 20, 2008

textos

Con CRG (escritora mexicana que ya comenté), intercambiado textos próximos a salir en la editorial Sic en Lima. Sorprendente la proximidad de temáticas aunque los planteamientos sea distintos: escritura en primera persona, erosión de los géneros, etc... esta noche comemos en Republique... El resfrío me tiene medio postrada, ola de frío, y ganas de no moverse mucho para afrontarlo, pero, ni modo... Mañana me levanto temprano!

mercredi, mars 19, 2008

lectura

Este es el texto, que había traducido en parte y que ahora traduzco casi integralmente de Madame de Staël, (escrito ene l siglo XIX) en De la literatura (me ayuda a pensar y me da agallas). Esta parte corresponde al capítulo V, De las mujeres que cultivan las letras y es, impresionante. De pronto, sin victimismo y con lucidez, se puede comprender ciertas cosas. Es una verdad de facto. Lean a Madame de Staël, en fin, habrá que seguir traduciéndola. Los dejo con el texto. Incluido mensaje de François Weyergans (de quien se puede leer su última novela, Premio Goncourt, cuando Houellebecq estaba como favorito en español, dietorial El funambulista) que forma parte de estos mensajes cálidos que me dejan algunas personas en el blog, resutaldo: Weyergans se ha convertido en Patricia y yo en él. No había otra forma de colgar su mensaje que no supo poner en el blog....

va Madame de Staël. Llueve en París. Acaba de encapotarse el cielo y yo estoy resfriada....

Madame de Staël o Germaine de Staël fue la que introdujo el romanticismo en Francia con De la Alemania, muy amiga de Goethe, Madame de Recamier y amante de Benjamin Constant, como de Pedro de Souza, brasilero, ligado a mí!

De las mujeres que cultivan las letras.


El sufrimiento es como la montaña negra de Bember en las extremidades negras de Lahor. Mientras subes, no ves más que rocas estériles, pero cuando estás en la cima, el cielo está encima de ti y a tus pies el reino de Cachemira.

La cabaña indígena, Bernadin de Saint-Pierre


La existencia de las mujeres en sociedad es todavía incierta bajo muchos puntos de vista. El deseo de gustar excita su imaginación; la razón les aconseja la oscuridad; y todo es arbitrario en su éxito como en sus sueños.
Llegará, creo yo, una época, en la cual los legisladores filósofos prestarán una atención seria a la educación que las mujeres deben recibir, a las leyes civiles que las protegen, a los deberes que se les debe imponer, a la felicidad que se les puede garantizar; pero en el estado actual, ellas no están por lo general, ni en el orden de la naturaleza, ni en el de la sociedad. Lo que funciona para algunas es la perdición de otras y algunas veces las cualidades son un problema y los defectos una ventaja. A veces lo poseen todo y a veces nada. Su destino se parece a aquel de los marginados en la época del emperador, si desean adquirir un ascendente, las hacen responsables de un crimen de un poder que las leyes no les han dado, si siguen siendo esclavas, oprimen su destino.
En el fondo es mucho mejor, que las mujeres se dediquen exclusivamente a las tareas domésticas, pero lo que hay de extraño en estos razonamientos de los hombres sobre ellas, es que les perdonan cualquier cosa salvo faltar a sus deberes. Toleran en ellas la degradación del corazón en favor de la mediocridad de la inteligencia, mientras que la honestidad más perfecta podría a duras penas obtener la gracia para una verdadera superioridad.
Desarrollaré las diversas causas de esta rareza. Empiezo primero por examinar la suerte de las mujeres que cultivan las letras en las monarquías, y cuál es sus suerte en las repúblicas. Trato de caracterizar las principales diferencias que estas dos situaciones políticas debe producir en el destino de las mujeres que aspiran a la celebridad literaria, y considero enseguida de una manera general cuál es la feliciad que la gloria puede prometer a las mujeres que la pretenden.

En las monarquías, bordean el ridículo y en las repúblicas el odio.

Los celos naturales en todos los hombres no se calman más que con las disculpas por un éxito como un deber, que, de no proteger con un pretexto la situación de una mujer o el interés de obtener reconocimiento, si se reconoce como razón el deseo de distinguirse, inoportuna a aquellos a quienes la ambición lleva por la misma ruta.

En efecto, los hombres siempre pueden disimular su orgullo y el deseo que tienen de ser aplaudidos bajo la apariencia o la realidad de pasiones más fuertes y más nobles, pero cuando las mujeres escriben, como les atribuyen desde el incio el deseo de mostrar una cierta inteligencia, el público les concede difícilmente su sufragio. Saben que pueden superarlos y esta idea hace nacer en ellos la necesidad de rechazarlas. En todas las situaciones de la vida, apenas un hombre sabe que necesitas de él, casi siempre, se enfría. Cuando una mujer publica un libro y depende de la opinión, hace que los que la dispensan le impongan su dominación.
(...)
Sin embargo, después de la Revolución, los hombres han pensando que era políticamene y moralmente útil reducir a las mujeres a la más aburda mediocridad; no les han dedicado sino un miserabale lenguaje, sind delicadeza como sin inteligencia; sin encontrar razones para desarrollarse intelectualmente: las costumbres no han mejorado. Limitando las dimensión de las ideas, no se ha recuperado la simplicidad de las primeras épocas; solo obtenido como resultado que a menos inteligencia, menos delicadeza, a menos respeto por la estima pública, menos posibilidades de soportar la soledad. Ha llegado a suceder lo siguiente en la disposición actual de los pensamientos: se cree siempre que son las luces las que dañan, y queremos repararlas haciendo reroceder a la razón. El mal que produce la luz no se puede corregir sio con más luz. O la moral sería una idea falsa, o es verdad que mientras más iluminamos, más miedo sentimos.
(...) Más de una ventaja de gran importancia para la moral y la felicidad de un país se pierden si llegásemos a convertir a las mujeres en seres completamene frívolos e insípidos. Así tendrían mnos posibilidades de satisfacer los deseos furiosos de los hombres y no tendrían, como otras veces, un ascendente útil sobre su opinión: son ellas las que los animaban en todo lo que se refería a la humanidad, a la delicadeza, y a la generosidad. (...) Podemos descubrir inconvenientes a todos los asuntos humanos. Existe sin duda, en las mujeres superiores a los hombres, el orgullo de la gente inteligente, la ambición heroica, la imprudencia de las grandes almas, y la irritabilidad de las personalidades independientes en la impetuosidad del coraje, etc... Para eso habría que luchar con todas sus fuerzas contra las cualidades naturales y dirigir a las instituciones contra el rebajamiento de estas facultades? A penas si es cierto que este rebajamiento sea afavorable a las autoridades de familia o a aquella de los gobernantes. Las mujeres sin inteligencia en la conversación y sin literatura, tienen mayormente más arte para escapar de sus deberes, y los pueblos sin luz no saben ser libres sino que cambian siempre de amo.
Iluminar, instruir, perfecccionar a las mujeres como a los hombres, a las naciones como a los individuos, es todavía el mejor secreto para todas las finalidades razonables, para todas las relaciones sociales y políticas a las cuales deseamos asegurarles un fundamento duradero.
Si la situación de las mujeres es imperfecta en el orden civil, es el mejoramiento de su suerte, y no la degradación de su espíritu que hay que trabajar. Si existe una mujer seducida por la celebridad de la inteligencia, y que busque obtenerla, cómo sería mejor disuadirla si todavía estuviésemos a tiempo! Le mostrarían el destino infame al que se expone. Examine el orden social, le dirán, y verá muy pronto que está muy bien armado contra una mujer que se quiere igualar con la reputación de los hombres.
Desde el instante en que una mujer es señalada como una persona distinguida, el público en general es prevenido contra ella. El hombre vulgar no juzga más que a partir de ciertas reglas comunes a las que se pueden adherir sin correr riesgo. Todo lo que se aleja del curso habitual, disgusta a aquellos que consideran la rutina de la vida como la protección de la mediocridad. Un hombre superior, desde la partida las pone en duda, pero una mujer superior, al alejarse aún más del camino señalado, debe sorprender, y por consecuencia, inorpotunar antes que nada.
(...)
Si por mala suerte, es en medio de disidencias políticas que una mujer adquiere una celebridad remarcable, se pensará que su influencia no tiene límites, aunque no posea ninguna; se le acusará de todas las acciones de sus amigos, se la odiará por todo lo que ama y la atacarán. Nada se presta más a suposiciones vagas que la incierta existencia de una mujer cuyo nombre es célebre y la carrera oscura. Si el carácter vano de un hombre incita al cinismo; si el carácter vil de cualquier otro, la hace caer bajo el peso del desprecio; si el hombre mediocre es rechazado, todos prefieren responsabilizarla a ella. El orgullo de nuestros días prefiere atribuir esas reacciones a causas secretas y no a las mismas personas.
Las mujeres no poseen ninguna manera de manifestar la verdad ni iluminar su vida. El hombre calumniado puede decir: Mi vida es un testimonio que también hay que escuchar.
Pero qué sucede de ese testimonio en una mujer?, algunas virtudes privadas, algunos servicios oscuros, algunos sentimientos encerrados en el estrecho círculo de su destino, algunos escritos que la harán conocida en los lugares donde no vive, cuando ya no viva.
No solo las injusticias pueden alterar la felicidad y el reposo de una mujer; sino que pueden separarla de algunos objetos de afección en su corazón.
(...)
Y no es todo: la opinión pública parece liberar a los hombres de todas las obligaciones hacia una mujer cuyo inteligencia sea reconocida: se puede ser ingrato, pérfido, cruel con ella, sin que jamás la opinión trate de vengarla. No se trata acaso de una mujer extraordinaria? Entonces todo está dicho. La abandonan a sus propias fuerzas y la obligan a debatirse con la adversidad. El interés que inspira una mujer, el poder que garantiza un hombre, todo le falta a la vez: pasea su singular existencia como los Parias de la India entre todas esas clases sociales de las que no forma parte, todas esas clases que la consideran obligada a existir para ella misma, objeto de curiosidad, a lo mejor, de la envidia, sin merecer más que la compasión.

Retorno

Ayer, visita al cementerio de La chartreuse, donde está enterrada Flora Tristán. Tumba austera que los obreros de Francia ofrecen a su heroína. Sol espléndido. Visto una entrevista de Yourcenar. Alivio cuando dice: yo no soy francesa, ni europea, ni americana, yo soy yo misma.

Retorno a París.

mardi, mars 18, 2008

Luces en la ciudad



Gracias por los mensajes. Son muy alentadors y reconfortantes. A veces me pregunto qué hace que algunas personas actúen de forma radical. Supongo que se sienten en posesión de alguna verdad irreductible que ignoramos, no lo sé. Pero me da curiosidad. El afecto nos mueve y nos lleva a confiar. Y la desconfianza anida en la oscuridad, o sea, cuando no hemos comprendido algún capítulo. Una amiga muy próxima se ha hecho a un lado de forma absurda, sin explicación, la segunda persona, es más previsible, más arbitraria en sus decisiones y más cerrada. Qué fibra podemos habe tocado en estas personas que no nos reconocen? No lo sé, pero a mí, me afecta. Me deja pensando en cuánto nos podemos equivocar sobre las personas: existió de verdad algo, una amistad, un amor? O lo inventamos?





Conversación telefónica con Millet.





- No me apetece pasar frete a un tribunal.


-Tú eres una intelectual, estarás a la altura...


-Tú crees?


-Estoy seguro de que sí.


-Me mandas textos, y me llamas para sostenerme...

-Prometido.

foto: caminar en la penumbra, pero hay luces en la ciudad...

confianza

Esta frase me la mandó una amiga: Desacostumbrarnos a lo mediano, para vivir resueltamente en lo entero, pleno, bello. Es de Goethe, Nietzche se la mandó a Lou Andreas Salomé.


Estoy a punto de pasar la prueba del jurado de la universidad. Sucede que para todas estas cosas necesitamos confiar en nosotras mismas y eso depende mas de los otros, depende de la mirada que nos ofrezcan. Pero esta frase me da ánimos. Me digo que, como para todo, hay que jugársela de manera limpia, tratando de estar conectada consigo misma. No hay cosa más horrible que dejarse afectar por un auditorio. Pero basta una mirada al revés, un gesto, para que la máquina afectiva se estropee y se produzaca una catástrofe. Mientras más decimos la verdad, más amplio se hace el abismo y nos separamos de ls demás, es el proceso irreversible, nadie desea oír ciertas cosas, lo he notado durante una cena. Qué difícil hacer pasar ciertas ideas, por ejemplo, ciertos prejuicios sobre la educación, o en contra de la superioridad de ciertas civilizaciones sobre otras...

Deseo, sobre todo, estar contenta y, sin sueño!! Hablar como esta canción de María Bethania, a ese ritmo sosegado... lento

http://es.youtube.com/watch?v=BDcFa16ZisY

dimanche, mars 16, 2008

Re-correrse


Sino no nos creemos el centro del mundo, no corremos el riesgo de vaciarnos. Reco-rrerse es seguir nuestra línea vital, la unión entre vida y escritura, lo que podría ser el estilo, la personalidad.

Ayer, de casualidad, caí sobre un libro de Alain Badieu, sobre el nuevo gobierno francés y me impresionó lo que decía sobre el coraje como virtud. Hacía referencia al diálogo de Platón "Los cobardes", y se extendía para hacer un análisis más contemporáneo. Yo no creo en la heroicidad, pero sí en la fuerza del deseo como un motor de búsqueda y de encuentro. De trascendencia. A la manera de Levinas, por eso es un texto que recomiendo siempre: Totalidad e infinito. Las posibilidades son infinitas si el deseo nos lleva a todos esos juegos de alteridad. Tú y yo como principio de la existencia, empezando por el lenguaje que empieza por dirigirse a otro, ese Tú, tordo o no.

Hay una luz impresionante y yo debo trabajar. Ricardo Sumalavia, a quien no veo desde hace años, la última vez fue en Madrid, me dice para ir esta tarde al Marché de la poésie de Burdeos. Es bonito encontrarse con amigos en ciudades tan diferentes. Y yo he renunciado a una cata de vinos por trabajar.... no es que sea tan determinada, es que estoy de veras muy bien con mis libros, escribiendo. La vida sabe entregarnos lo que le pedimos si sabemos recibir. Todo radica también en el Recibir. Y como nadie hace caso a mi querida Flora, traduzco un fragmento (ah, ayer vi que se había reeditado Paseos por Londres en la colección de 2 euros-una de las más leídas-, se habrá puestod e moda??, y vi al menos 2 títulos de Millet en Gallimard, el muy... salop, no me ha dicho nada!). Aquí va Florita:

Peregrinaciones de una paria

El Mexicano (Bordeaux), cap. I


El 7 de abril de 1833, día de mi cumpleaños y de mi nacimieno, fue el de mi partida. Sentía una agitación tan intensa al ver que ese instante se aproximaba, que no dormía desde hace tres días. Tenía el cuerpo cortado, aunque me levantaba con el día para terminar mis preparativos. Esta ocupación calmaba la emoción febril que me inspiraban mis pensamientos. A las siete, el señor Bertera vino a buscarme en coche para partir con todo mi equipaje al barco a vapor. Qué cantidad de reflexions no habré hecho en el corto trayecto de mi casa al puerto! El ruido creciente de las calles anunciaba el retorno de la vida activa; yo sacaba la cabeza por la ventanilla, ansiosa por ver todavía esa hermosa ciudad, en la cual, en otros tiempos, había pasado días tan serenos. El soplo tibio de la brisa me pegaba en el rostro haciéndome sentir una sobreabundancia de vida, mientras que el dolor y la aflicción anidaban en mi interior: parecía ese paciente que llevan a la muerte, envidiando la suerte de esas mujeres que venían del campo a vender a la ciudad la leche, de los obreros que se dirigían a sus trabajos, como una testigo de mi propia carroza fúnebre. tal vez veía por la última vez esa población trabajadora. Pasamos delante del jardín público y me despedí de los árboles, recordando mis paseos bajo su sombra. (...) Diez veces, en esos largos instantes de espera, hice un movimiento para tomar la mano del señor Bertera, tratando de hacer un ruego, pero la presencia de toda esa gente me recordaba como un espectro terrible la sociedad que me había rechazado de su seno. Cuando lo pensaba, la lengua se me petrificaba y un sudor frío me cubría el cuerpo, y, usando lo último que me quedaba de fuerzas, rogaba a dios la muerte, la muerte como único remedio a mis malestares!

(Mi traducción)

Este es un fragmento en el que Flora describe su partida al Perú desde el puerto de Burdeos, en el que describe su miedo con todos los detalles, su sensaicón de sentirse repudiada y sola. Sin embargo, embarca y se queda casi por dos años en el Perú, entre Lima y Arequipa. Es justamente en ese reconocimiento en tanto que un ser limitado, pero con una determinación a prueba de fuego, que Flora Tristán se construye una autobiografía en el sentido más vital del término, una de las primeras personas en emplear el pronombre personal para nombrar...
foto: escritorio en Burdeos y música adhoc..http://es.youtube.com/results?search_query=partons+vite&search_type=

samedi, mars 15, 2008

voces


Agradezco siempre esas voces que me acompañan y que me dan cierta libertad, le dan a la palabra escrita un espesor humano.


Es posible que este blog se parezca más a un diario o carnet de viaje, no un diario íntimo, porque no deseo comprometer a personas que no siempre se van a reconocer en lo que escribo, aunque reconozco que muchas veces me ha tentado la idea: decirlo todo, abosolutamente todo, y asumir el riesgo!

No lo sé, siempre sigo una intuición, algo que se impone a manera de evidencia y que me indica cómo actuar....


llegada a Bordeaux, sueño porfundo en casa de unos amigos. Una típica casa bordelesa (con muros tapizados en tela, muebles de madera, piso de parquet), con esa hospitalidad de la cual son también capaces los frances: recibir, dar, acoger. Ayer pasé por la Garonne, el río que viene de Toulouse y pasa por Burdeos, ensanchado, para ir a parar al Atlántico. Vi el cementerio de la chartreuse (donde estaba también enterrado Goya) y el centro de la ciudad que tiene una arquitectura suntuosa del siglo XVIII: la Plaza Gambetta, el paseo de agua... Cena serena con estos amigos que son encantadores, comida típica francesa. Ayer estaba en la Place de Clichy, luego del teatro con otros amigos, y me decía que sería un lugar bonito para vivir. Ahora que veo la tranquilidad de Bordeaux, me seduce la idea de permanecer... pero sé, estoy segura de que, la única casa segura, es mi interior. El resto es secundario. Creo que D.H. Lawrence decía que una mujer rica por dentro no necesitaba de afeites ni de demasiada cosa, podía dormir en el suelo y seguir siendo la misma (ojalá haya llegado a ser así). Hablando con una buena amiga, también decíamos: no tenemos nada que demostrar a nadie sino a nosotras mismas. Y , sin pedantería, me gustó esa frase. No hay nada que demostrar. Menos que mostrar.
Foto, la ciudad de Bordeaux recorrida por la Garonne.

vendredi, mars 14, 2008

Burdeos

Es curioso que ahora me vaya a Burdeos, ciudad donde está enterrada Flora Tristán (en el cementeriod e la Chartreuse). No soy supersticiosa, pero hay una confluencia de energías. Y encontré otras frases muy hermosas de Montaigne, nacido en Burdeos, lugar donde escribió sus Memorias. Montaigne se burlaba de toda erudicción que no estuviera en relación con la experiencia. El yo se conoce conforme se realiza. Es por eso que cada experiencia nos revela siempre algo nuevo de nosotroas mismoas, siempre. Cuando no lo vemos es porque estamos muy distraídoas, o asustadoas, alienadoas, refugiadoas, pero un día salimos a caminar y allí vemos quien nos sigue, quien nos acompaña, aunque nos sitamos muy soloas. Todo se mueve, dice Montagne, mañana seré otro, pero frente a los demás estoy comprometido por mi palabra, estoy comprometido por lo que he dicho ayer y no tengo derecho a desdecirme...

He ahí el contrato que firmamos con la escritura (la palabra es un gesto y su significado un mundo) Cuando nos comprometemos con lo que escribimos.. y yo, debo ir a la gare....

jeudi, mars 13, 2008

serenidad

Es curioso como nuestros estados responden muchas veces a un trabajo interior, que tiene que ver con el exterior, pero que no resume a ello. Es curioso también como el lenguaje esconde, oculta ciertas cosas. Yo no creo haber hablado de serenidad ni deseo en mi post anterior, ni de lamento, era una constatación que me devuelve a mí misma. A veces solo contemplamos situaciones sin comprenderlas del todo, solo las inscribimos esperando que se coloquen en laguna parte...

Visto la exposición de Louise Bourgeois en le Pompidou: erotismo violento, vital y al mismo tiempo, tanático, pero toda relación con la vida se encuentra en el centro de esa tensión: eros y tánatos.

Caminar bajo la lluvia en París, con las siluetas de los transeúnes oprimiendo la retina, me encanta.

Consultorio de médico, un hombre joven, decidido, atractivo. La belleza no como un peligro sino como un acontecimiento: es bonito ese gustar, ese observar y gustar... O algo así...

sigo más tarde, debo salir...

mercredi, mars 12, 2008

desapariciones

Suceden esas desapariciones, que son como muertes ne vida. Personas que han pasado y ya no están. A veces comprendemos las razones, otras no (o sí), pero por qué no podríamos pensar que es una especie de hipocresía no reconocer que muchas veces tomamos caminos equivocados y torpes para llegar a las personas? Toda evidencia puede ser equivocada, al final, como escribe Annie Erneaux en un libro que leo, Los años, "Todo se borrará en un segundo. Será el silencio y no habrá nada que decir. De la boca abierta no saldrá nada. Ni yo, ni tú. El idioma continuará dando palabras al mundo. En las conversaciones en una fiesta no seremos más que un nombre, cada vez más sin rostro, hasta desaparecer en la masa anónima de una lejana generación".

Y sí, eso nos espera todoas...
Lo peor es que eso suceda mientras estemos vivoas....

Cielo de París, distinto del de México y del de Lima, la imagen de Luise Bourgeois en el Pompidou, personas que pasan indiferentes frente a esa foto suya, enorme, colgada en lo alto. Nadie sabe quién es Louise Bourgeois, quien decía: He tenido que vivir 82 años para poder matar a mi padre en mi cabeza, queriendo decir: a lo que simboliza mi padre como autoridad en la cabeza.
Viento fuerte y las ganas de replegarse, de meterse en un espacio cerrado, caliene, y si embargo la ciudad está ahí, voluptuosa, efímera e intensa.

mardi, mars 11, 2008

Ca y est




Y bien, después de ese viaje que es tan largo y a la vez tan corto, con los cambios de horario que corresponden, y la consecuencia de viajar tanto (perder maletas!!): París. Es tan fácil y tan extraño para la cabeza encontrarse de nuevo en un lugar tan lejos de Amércia y al mismo tiempo cerca afectivamente. Ayer caminaba y observaba las veredas, su diseño, material, etc, no me es ajeno, las conozco, como conozco los rostros de la gente de París, sus infelxiones de voz... Todas los signos son distintos, es otra estética, otra mirada.. Desde este departamento veo los techos de París, grises, redondos, con chimeneas pequeñas, rojas, el cielo está limpio porque el viento ha soplado toda la noche. Me apuro, porque debo salir... he pensado en las cosas que leo una parte de la noche... ya vendrá.

Fots: dos instantáneas de París, la de esta mañana (en webcam) y la de la ciudad bajo la lluvia..

samedi, mars 08, 2008

No, no pisaré París sino el lunes, mi vuelo se ha anulado....

o sea... hasta mañana...

sí, finalmente, siempre interpretamos... son efermedades del alma, espirituales, y a lo mejor solo las cura el afecto, y la compañía. Aunque los medicamentos ayuden.... Sin afecto, creo que siempre, siempre, somos muy vulnerables.

Y ahora avión, París, centro de París, a dos pasos de Beaubourg... Ganas de ver París...la esplanade de Beaubourg, los cafés, la plaza de la Concordida, el parque de Luxemburgo, la Sorbona, la librería La compagnie... La rue Monsieur Le Prince...

Video de Jacques Dutronc, parisino y bohemio...

http://es.youtube.com/watch?v=dNCUuNakQNs

vendredi, mars 07, 2008

R. Millet

Cuelgo un texto que escribí a partir de mi encuentro con Millet, cuando lo conocí, Blanchot fue el puente y salió este texto que entregué a Ricardo Sumalavia, ahora en Burdeos...



Blanchot

No, no hay ninguna explicación para saber cómo y por qué nos sometemos a una sola persona. O por qué una mirada nos persigue y no nos deja dormir. O por qué esta canción de Louise Attaque, que no le gustaría, me hace escribir como si viese la secuencia de una película desplegarse frente a mí. Tan, tan, tan, hum, hum, hum, tam, tan, tam, tres tempos y luego silencio, y de nuevo, tres tempos. Primero, es ese cuerpo que se levanta en una sala y que sólo puedo ver desde lejos, intuir una transpiración, una especie de resistencia natural, casi un malestar. Secondo, luego viene el encuentro, seis años más tarde, en el jardín de la editorial Gallimard, hablamos de Maurice Blanchot y de Louis de Forets. El sol caía obliterando los árboles y él temblaba como una roca sobre su eje, reía, y su risa, o alguna frase suya, me parecen el esmalte de alguien que puede quebrarse si lo empujan un poco, un poco hacía el vacío.


Y luego (tercio), está el departamento sombrío de la calle Vaugirard, los libros que se publican y que no significan nada, no consiguen arrancarle nada extraordinario a la vida. Escucha: Maurice Blanchot, vivía como un funcionario. Yo miraba desde una ventana un bosque inmenso, como no existen en el Perú, segura de que quiero deshacerme de esa mirada que se abre como un abismo y hace que todas las experiencias me atraviesen fragmentando una cierta unidad, un cierto parecido a mí misma. Después son esas coincidencias que no queremos pensar que son un azar, el encuentro en el tiempo, la misma música, Blanchot y Louis de Forets. Yo sé que han sido muy amigos, sé que los dos están fascinados por la música, el desarraigo, y las mujeres.

Y yo asumí (no hay cuarto), de alguna forma ese cuerpo de hombre maduro bañado de la risa joven, asumí su manera de sentir que los libros no son nada, no pueden nada, así como resumí su mano extendida con las piezas que no sabe poner en una máquina de café como una forma de lealtad absoluta a mi persona, como una entrega. La casa de Blanchot, como el refugio perfecto para empezar a escribir algo sobre ese encuentro, o mejor dicho, sobre un hombre, un determinado hombre que mira como si fuese a desaparecer después de ese encuentro, y empezar escribiendo que no lo conozco a pesar de que está muy cerca de mí y entrar y salir de la casa de Maurice Blanchot sin saber si es del todo cierto. Al final si no lo escribo, dejará de existir.

Patricia de SouzaAutora de La mentira de un fauno, El último cuerpo de Úrsula y otros libros.
gambito Viernes, 23 Septiembre 2005 20:18 Enlace Permanente Comentarios (3)

Angot


Leo el libro de Christine Angot, El incesto, novela publicada en Seix Barral el año 2000. Es valiente Angot, es valiente y talentosa al tratar de dar la vuelta a su propio conflicto: el incesto y la homosexualidad femenina. Hay partes encilopédicas donde se apoya en las definiciones de Freud de la homosexualidad y el origen de la neurosis, sobre el incesto y su prohibición social (a propósito de este tema, pienso en la película peruana Madeinusa, que lo analiza dese el punto de vista antropológico y no patológico)... etc.. un libro fluido, nervioso y fascinante. No entiendo por qué en Francia se empeñan en denigrar las calidades de autora que tiene Angot. El prejuicio es a la forma que emplea, que es oral: tenemos la impresión de que nos está hablando. Pero eso, en el libro, tiene un uso estético, no es instrumental. Es decir que tiene un valor agregado, creativo, y a mí me parece suficiente.

En fin, el personaje, Christine, atraviesa una depresión aguda como consecuencia de un estado de lucidez sobre su propia situación, y no es para menos. Es repudiada socialmente y como escritora, todo el mundo la ve como una histérica. El personaje se salva proque logra hacer abstracción de su problena y se mantiene en contacto con el exterior (busca a los otros, llama y llama a quienes puede pedir apoyo), porque creo, sins ser pisconalista, que en toda depresión se produce un corte con el exterior. Un corte circuito. La persona deprimida no siente compasión (com-pasio, sentir con, en latín), es más bien masoquista porque se ha perdido toda autoestima. No sabe dónde esta su deseo y no puede elegir, padece. Además su lenguaje no va en busca del otro, ha perdido esas ganas de incluirlo puesto que responde a un conflicto narcisista agudo: es incapaz de ver su propia imagen. Sino sabe quien es él tampoco sabe quien es el otro. Es insensible al afecto y por eso, en ese estado se puede llegar a ser muy indolente. La depresión es el centro y hay una furia, una melancolía, mucha cólera contra sí mismoas que se transforma en vocación suicida. Para no matar al alguien, decía Freud, termina matándose a sí mismo. Yo pienso que la depresión además de ser un eros enfermo (una neurosis agudizada diría Freud), es también una cosa muy de esta época, muy de sociedad post-industrial, muy de individuo solitario. Es el encierro del individuo moderno, y cualquiera corre el riesgo de padecerla. Las sociedades que mantienen un cierto arraigo popular padecen menos de estas patologías, por qué?: creo que porque la concepción de individuo no es la misma, es plural, es social, pertenece a la comunidad y el narcisismo se encuentra más repartido, es solo una intuición.
Dejo la palabra a Angot:
Deseo
Está ligado a huellas en la memoria, y a los recuerdos. Se realiza en la reproducción incosciente y alucinatoria de las percepciones, convertidas en "signos" de satisfacción. La atención se dirige al otro, en apariencia a un solo objeto, pero este objeto carece de esencia puesto que la petición es de amor. El deseo se dirige a un fantasma, un otro imaginario, es deseo del deseo por el otro en tanto que busca ser reconocido absolutamente por él bajo el peligro de una lucha a muerte que Lacan identifica como la dialéctica del amo y el esclavo.
Esquizofrenia
Forma de locura cuyos síntomas son la incoherencia del pensamiento, de la afectividad, y de la acción, un repliegue sobre sí mismo y una actividad delirante. Demencia en estado puro caracterizado por un encierro del sujeto. El enfermo, el hombre la mujer, se sume en un tal estado de delirio que pierde contacto con la realidad. Día y noche, los ojos fijos, sin jamás bajar los párpados. Si tratamos de hablarle, no escucha (...)
Foucault se negó a hacer un diagnóstico de la locura, pero hizo de la locura de Artaud, de Nietszche y de Van Gogh y de Horderlin el instante culminante de la obra: Donde hay una obra no hay locura, y sin embargo ella es contemporánea de la obra, puesto que inagura el tiempo de su verdad"....
Y sigo con Angot, y sí, en este momento escribo bastante. Espero que no se intimiden, me interesan todas, todas las opiniones.

jeudi, mars 06, 2008

Alguien

Mi desesperación era oscura y solitaria; no esperaba morir con Ellénore; continuaría viviendo sin ella en ese desierto del mundo, ese desierto que tantas veces había deseado atravesar en solitario, libre e independiente. Había destrozado al ser que me amaba; había desgarrado aquel corazón, compañero del mío, que se había empecinado en consagrarse por entero a mí con una ternura inasequible al desaliento. […] La naturaleza entera parecía decirme a gritos que iba a dejar de ser amado para siempre.La verdad es que no quiere nada de todo esto. Rechaza con impaciencia cualquier proyecto que pueda proponerle, llena de timidez, temblando por el miedo que me hiela la sangre. A lo máximo que puedo aspirar es a su silencio. Una actitud tan dura y cruel no va con su carácter. Es usted bueno, sus actos están llenos de abnegación y nobleza: pero, ¿qué actos pueden hacer olvidar sus palabras? Esas palabras como espadas resuenan a mi alrededor: las oigo por la noche; me persiguen, me devoran: reducen a la nada todo lo que hace. Lo mejor es que me muera; no lo niegue, Adolfo. Pues bien, sus deseos se cumplirán; esa desdichada criatura a la que usted ha ofrecido algún consuelo, pero al mismo tiempo también ha herido de muerte, desparecerá. Morirá la infortunada Ellénore, esa mujer a la que usted ya no soporta, que es para usted un obstáculo, para la que no encuentra un lugar en este mundo donde pueda vivir sin causarle molestias; morirá y usted caminará sólo por entre esta multitud en la que su impaciencia tiene ansias de perderse. Por fin conocerá a esos hombres a los que hoy agradece su indiferencia; y quizás un día, herido por esos corazones áridos, añorará este corazón que era todo suyo, que vivía de su amo, que se hubiera enfrentado con cualquier peligro para defenderle, y al que usted ya no se digna recompensar ni siquiera con una mirada.
FIN

Busqué escritos sobre Adolf y me topé con este blog, y después blogs.
¿Algún remedio contra la funesta lucidez, posterior a una traumática separación, que contempla toda experiencia como perecedera y, por tanto, no merecedora de mayores implicaciones? Aquel estar sobre aviso, las reflexiones nacidas de la experiencia de las que habla Constant. ¿Evitar el peso de la angustia frente al descubrimiento de la frágil autenticidad de todos los dolores y emociones? Ya no se llevan las relecturas.

Encontré este mensaje, al que no pude prestar atención antes... Ahora lo hago, y yo también me hago la pregunta. La única respuesta que encuentro es confiar. El fragmento pertenece a la novela Adolfo (la preferida de mi amigo Millet), de Benjamin Constant, quien estuvo muy cerca de Madame de Stael, toda una historia... Pero, si Adolfo no hubiese desconfiado tanto de sí mismo, si hubiese confiado un poco más en el vínculo que sentía por Leonore, tal vez hubiese sido diferente. Yo no sé, yo no creo en los infortunios, ni en las tragedias, somos nosotroas los que hacemoas tragedias con nuestra interpretación, nuestros límites para entender ciertas cosas y aceptar que nuesra comprensión es limitada. Sobre todo en el amor. Hay instantes en que podemos suspender los juicios y dejar que las cosas emerjan. Siempre, con confianza... Mnnnn

En todo caso, esta es una novela muy hermosa que sigue el texto de Lautréamont: Quien ama más, traiciona primero... Pobres criaturas, tan miedosas y al mismo tiempo tan valientes, somos...

Ps: por ejemplo, me encanta recibir mensajes de F. Weyergans, hay una afectividad en ellos, algo que se da, como un don, una epifanía, sin esperar respuesta.

La invasión


Decidí borrar un mensaje escrito anoche porque me pareció muy precipitado. Tendría que pensar un poco más en la capacidad que yo misma poseo de ponerme en el lugar de los demás. Pensaba en el concepto de respeto (muchas veces se me ha increpado ser irrespetuosa, o invadir), y me he hecho la pregunta: ser respetuosos es estar concernidoas por los otros, implicadoas, comprometidoas, o es simplemente la prudencia, el no meterse, no mezclarse, no decir lo que se piensa? Muchas veces hay una búsqueda en la catarsis en el lenguaje e incluso en frases que parecen hirientes, para lograr una cierta sensación de autenticidad. Si le decimos a alguien que es un necio o un tonto, estamos abarcando la totalidad de su persona? No, no lo creo, estamos adjetivando en una circunstancia concreta: es un fatum pero también un pensum. Incluso si fuese un elemento que lo define, estamos mostrando que estamos implicadas, al decirlo arriesgándonos a que nos aparten. Luego pensé, a propósito de Marsella, en Simone Weil y encontré el texto siguiente. Es un pensamiento que está inspirado en la religión cristiana (de ahí las ideas de pureza, mal, etc...), pero que lo trasciende. Recuerdo haber puesto un post donde describía una reunión de Weil con un amigo que la describía con muy mal carácter... Aquí va :


“La vida, tal como es, solamente resulta soportable a los hombres por la mentira. Quienes rechazan la mentira y, sin rebelarse contra el destino, prefieren saber que la vida es intolerable, acaban por recibir desde afuera, desde un lugar situado fuera del tiempo, algo que permite aceptar la vida como es.
Todo el mundo siente el mal, le tiene horror y quisiera librarse de él. El mal no es ni sufrimiento ni pecado, es una y otra cosa a la vez, algo común a ambos, pues los dos están ligados: el pecado hace sufrir, el sufrimiento engendra maldad, y esta mezcla inseparable de sufrimiento y pecado es el mal en el que estamos, a pesar nuestro; y estar en él nos horroriza.
Parte del mal que está en nosotros lo arrojamos, lo proyectamos sobre los objetos de nuestra atención y nuestro deseo. Y esos objetos nos lo devuelven, y parece como si el mal viniera de ellos. Por eso llegamos a sentir odio y asco por los lugares en que nos encontramos sumidos en el mal; nos da la impresión de que esos lugares nos aprisionan en el mal. Es así como los enfermos llegan a odiar su habitación y su entorno, aun cuando esté formado por seres queridos; así también como los obreros llegan a odiar su fábrica, etc.
Pero si dirigimos nuestra atención y nuestro deseo sobre una cosa perfectamente pura, la parte de nuestro mal que arrojemos sobre ella no la manchará; seguirá siendo pura, no nos devolverá el mal y así nos libraremos de él. Somos seres finitos, y también es finito el mal que hay en nosotros; así pues, si la vida durara lo bastante, podríamos tener la certeza de que llegaría el día en que, por este medio y en este mundo, nos veríamos libre de todo mal.
Nada hay puro en este mundo, salvo los objetos y los textos sagrados, la belleza de la naturaleza (si se la contempla en sí misma, sin tratar de alojar en ella las fantasías propias) y, en menor grado, los seres humanos en los que Dios habita y las obras artísticas surgidas de la inspiración divina.
El único obstáculo a esta transmutación del horror en amor es el amor propio, que hace penosa la operación de llevar nuestra mancha al contacto con la pureza. Sólo se puede vencer al amor propio si se tiene una especie de indiferencia respecto de la propia mancha, si se es capaz de ser feliz con el pensamiento de que existe algo
puro” (2).
Yo siempre digo que no existe la maldad, solo sinos ponemos tontoas, hacemos daño... Por eso, es importante no desvaloralizarnos, creer, confiar en que podemos ser distintoas. O mejores. Perdonarnos nuestras faltas, creo que Weil lo dice en este texto.


Y sobre anoche, fue una reunión rara, en la casa del Embajador que es muy bonita, él es un hombre bondadoso, agradable. Al principio, esos ambientes me inspiran hostilidad. Luego, si pienso, logro encontrar simpatías, porque me gusta la gente, y sin embargo, también huyo un poco del ruido que producen. Villoro, simpático , sobre todo que encontré una frase suya que me gustó y que tiene que ver con el hecho de hacer lo contrario de lo que se desea, es de un texto, Los culpables, dice: Estoy tan a disgusto con la realidad que los aviones me parecen cómodos. Me entrego con resignación a las películas que no quiero ver y la comida que no quiero probar...


Y retomando la frase de Beauvoir, de estar dotada para ser feliz, habrá que hacerlo con resignación o rebeldía, pero habrá que hacerlo, no creen?


Recomiendo leer Las ensoñaciones de un paseante solitario, de Jean-Jacques Rousseau, es un libro muy hermoso, escrito a edad tardía... O las Memorias de un hijo de su siglo, de Alfred de Musset (uno de los pocos textos donde un hombre habla de una mujer con total empatía), quien fue pareja de George Sand . Debe estar en El Aleph, que suele tener textos clásicos franceses.







mercredi, mars 05, 2008

On the road




Creo que si Flora Tristán hubiese conocido el blog, le hubiese encantado y las Peregrinaciones de una paria hubiesen sido a lo mejor en línea en lugar de aparecer en La revue de deux mondes...




Empiezo a sentir cierta melancolía por dejar México, pienso que eso sucede con todos los lugares que abandonamos por un tiempo. Ahora estamos en primavera y los jacarandas están con explosiones de flores lilas, la temperatura es de 25 grados. Y en Francia, hace frío! Pero leo sobre la estadía de Simone de Beauvoir en Marsella y sus paseos por las calas que me ha recordado los míos, con amigos. Esos encuentros con la naturaleza que son fundamentales, espacio y tiempo en armonía (recuerdo que la roca calcaria de los cerros de Marsella despedían una luz muy blanca, y el mar era azul cerúleo), como mis viajes al Cusco... Pensaba también en aquellas personas que me hicieron conocer esa ciudad y descubrir sus encantos, porque Marseille, como lo dice Simone de Beavoir tiene el privilegio de estar frente al mar y un resabio popular que se ha perdido un poco... Yo he dejado algunas huellas ingratas allí, e incluso una bicicleta. Si fuésemos capaces de decir las cosas a tiempo... A ciertas personas con quien no hemos actuado muy bien.. si fuese posible... pero, acabo de hablar de la culpa y no deseo volver a hablar. Quería colgar imágenes donde se ven Les calanques de la bahía de los ángeles, y el impresionante Macchu Picchu. La última vez que estuve tuve la suerte de que cuando llegamos, casi cerraban, o sea, que no había nadie y era espléndido estar allí, frente a ese espacio tan inmenso. Iván me comentaba que no tenía mucho tiempo para ocuparse de su blog, yo ahora que entregué un libro y un texto, estoy con tiempo para dedicarle atención, recorriendo zonas, el café Universal en Marsella, donde pasó Walter Benjamin, la casa de mi amiga Marlene, la casa de Michel, y la Corniche... Y siempre,
Perú. Huellas. Ah, infaltable video: Caravane, oída en el café de Marsella... Voila la France!




La culpa

No conozco a nadie más dotada que yo para la felicidad, Simone de Beauvoir.

Leyendo La fuerza de la edad descubro a una Beauvoir sedienta de experiencias, de conocer, de ver, de escuchar, aprender. Esa febrilidad del movimiento que permite que siempre, siempre, se encuentren cosas. El viaje es la fórmula ideal, por eso siempre la condición de "extranjero", me parece la más humana. Todos esos emigrantes con rostros, culturas y lenguajes distintos que se desplazan para ensanchar nuestro plano semántico y vital.
Disfrutar de un viaje es también sentirse en libertad, no sentirnos mal por ser como somos ni cargar con responsabilidades desconocidas. Mientras caminaba por el parque México se me ocurrió una idea, que no es mía, sino de Camus y su concepto del absurdo. Para mí es esa falla del lenguaje de la cual ya he hablado. Hay un sentimiento de culpa que nos persigue desde el comienzo de nuestras vidas, por la incompletitud de nuestras experiencias que se convierte siempre en un sentimiento de falta, de vacío. Por eso Merseault, en el personaje del Extranjero, encarna esa situación en sus aspecto más trágico, el de desconocerse a tal punto que el sentimiento de culpa, el de no sentir nada por la muerte de su madre, lo lleva inconscientemene a matar en la playa. Nunca sabe por qué hace esto o lo otro, es un prisionero.
Tal vez el lenguaje en su búsqueda de diálogo, de ese pensar de la mano con una especie de hermanoa, nos lleva a liberarnos de ese peso, y por eso es un gesto de generosidad. Recuerdo que Madame de Stael decía de Goethe (a quien conoció en Alemania) que lo que lo caracterizaba era su generosidad en el díálogo. Porque hay un riesgo en tratar de decir cosas, en tratar de nombrar y poner texto, hay un riesgo y es también un don. Tratar de abarcarnos o de recorrernos por medio de la palabra escrita o dicha, nos humaniza, nos pone a la altura de nuestros límites y nos completa de alguna manera. Quizás el reto más importante ahora sea ser íntegroas en ese intercambio de toma de palabra, no temerle a los espacios en blanco, avanzar. Y dar saltos, sin temor al vacío.

Ps: esta noche le entregan el Premio Antonin Artaud a Juan Villoro, en la casa del Embajador de Francia... Me pregunto qué pensaría Artaud de todo eso...

mardi, mars 04, 2008

Ventana

A veces pienso que la vida puede parecerse a la escena de una novela de Flaubert (no recuerdo cual), en la que hay un hombre enfermo sobre una cama, a quien, cuando le abren una ventana, por donde se ve un paisaje hermoso, dice: ciérrenla, no quiero ver eso, es demasiado bello para mí. Y prefiere morir en la oscuridad.

la fuerza de la edad


Estoy leyendo La fuerza de la edad, de Simone de Beauvoir, y se descubren algunas perlas: las inseguridades de Beauvoir como escritora, como pareja de Sartre (sus celos), algunos gestos destructivos, qué hace entonces que actuemos en contra de nosotros? No confiar en nostroas mismoas, decnocernos a tal punto de que traicionamos nuestro deseo, y hacemos lo contrario de lo que relamente deseamos. Claro eso se conoce como neurosis, nadie, nadie, va en contra de su deseo a no sr que se descnozca profundamente. Pero esta época, nos permite reconocernos? No lo sé, hay que mantenerse apartadoas del mundanal ruido para poder ver bien. Anoche veia una película, un hombre que llega con una mujer muy distinta de él, nadie entiende. La reflexión de sus padres, que lo conocen es: cómo puede desconocers tanto!

He publicado un artículo sobre la escritora mexicana Elena Garro (Babelia ), que se puede encontrar fácilmente por Google. En él trato de analizar la relación que ella tuvo con Octavio Paz, su primer esposo y creo que he comprendido una cosa: algunas relaciones son un largo y cruel recorrido para obtener el poder, no son relaciones de compañía ni de solidaridad son de vanidad. Pues bien, leyendo a Beauvoir me doy cuenta de que hay que hacer esfuerzos para no equivocarse y saber qué relaciones son "necesarias" y cuales "contingentes", pasajeras, hay que hacer un esfuerzo por ver quién es el otro. Una vez que hemos comprendido eso, podemos establecer no una relación de jerarquías, sino una de para conpartir y crear.

lundi, mars 03, 2008

traducción

Como ofrecí, traduzco un fragmento de Albertina desaparecida: De otro lado no es por azar si los seres intelectuales se entregan casi siempre a mujeres insesibles (podríamos decir también, hombres) e inferiores, aferrándose a ellas, si la prueba de que no son amados no les impide de ninguna manera sacrificar todo a una mujer así. Si digo que hombres así (mujeres, Marcel!) necesitan sufrir, digo algo exacto, suprimiendo verdades preliminares que hacen de esta necesidad-involuntaria en un cierto sentido-de sufrir una consecuencia completamente comprensible de esas verdades. Sin contar que, las naturalezas complejas siendo raras, un ser muy intelectual y sensible tendrá generalmente poca voluntad, será el juguete de la costumbre y de este miedo de sufrir no bien se entrega a sufrimientos perpetuos, y que en esas condiciones nunca deseará repudiar a la mujer que no lo ama. Nos soprenderá que se conforme con tan poco amor, pero habría que representarse el dolor que puede causarle el amor que siente. Dolor que no hay que compadecer demasiado porque existen terribles conmociones por un amor desafortunado, la partida o la muerte de un amante, como ataques de parálisis que primero nos fulminan pero que después ayudan a los músculos a recuperar su elasticidad y su energía vitales.

(voila un Proust vitalista...)

La aparición del rostro del Otro

Cuelgo un texto que escribí sobre Emanuel Levinas y que tiene mucho que ver con lo que estoy diciendo últimamente y con ciertas experiencias recientes. Aquí va:

En el centenario del nacimiento de Emmanuel Levinas

Comprender la filosofía de Emmanuel Levinas significa encontrar un nuevo significado a lo fundamental, a la búsqueda de la Unidad clásica. Él opone la pluralidad de la alteridad, pero sobre todo importa su aspecto ético. En Levinas el pensar lleva al actuar y por eso su pensamiento es una forma de nuevo humanismo. Este año, en Francia, se celebra el centenario del nacimiento de este pensador nacido en Lituania, quien ha influenciado la fenomenología de Merleau-Ponty, a Jankélevich, y al pensamiento comprometido de Paul Ricoeur. La filosofía de Levinas se sitúa en el cruce de la filosofía fenomenológica y existencial. Fenomenológica porque pone al ser humano como el Otro que irrumpe en nuestra subjetividad, y existencial, porque su pensamiento se desarrolla durante hechos dolorosos que marcaron para siempre su experiencia: la Segunda Guerra mundial en la que Levinas pierde a casi toda su familia, salvo a su esposa y a su hija, refugiadas en Orleáns, en Francia.
El exilio francés de Levinas, marcará su vida. No solo se nacionaliza y escribe en este idioma, sino que su filosofía de la alteridad se nutre de la experiencia del desarraigo, que es cuando encuentra su verdadero humanismo. Es en la distancia, en la pérdida de códigos comunes, culturales, sobre todo, linguísticos, que rozamos la experiencia en su totalidad, la experiencia de la confrontación con el Otro.
La cuestión ética está en el centro de la reflexión de Levinas como una filosofía de la acción y el compromiso. Todo empieza con esa aparición del Otro, de su rostro ante nuestra mirada. Ese rostro no es una máscara, es uno humano, es la prohibición del crimen, escribe Levinas en Totalidad e infinito, es el límite de nuestra subjetividad porque la altera y la hace responsable de esa aparición. Ese rostro nos interpela, nos compromete, nos invoca y nos conduce a una acción concreta. Más que una idea de la libertad como una lucha por la autonomía (en el sentido más sartriano, esta elección sería dramática), Levinas nos conduce a pensarla como una forma de responsabilidad. Nuestra libertad se ve comprometida con la existencia de otra persona y se hace más completa. No es la reducción del otro que se nos aparece con un rostro definido a lo “mismo” (a lo que se nos parece), a lo que nosotros mismos somos, sino a su posibilidad infinita de ser. De ahí que su filosofía sea una forma de pensamiento múltiple y abierto. La humanidad consiste en tratar de comprender, en ese esfuerzo de trascendencia de nuestros límites.
Si la religión ha estado muy presente en la formación de Levinas (análisis sobre la cuestión judía, o sobre le Talmud ) solo ha sido como una forma de trascendencia. Igual que Simone Weil, la religión es también otro esfuerzo por comprender la complejidad de la experiencia humana. No busco la sabiduría sino la santidad, decía Levinas, a manera de broma a su amigo Maurice Blanchot, para revelar esa parte mística de la vocación por el otro.
Una serie de eventos han empezado desde el 22 de enero en la Biblioteca Nacional de París bajo el título Por un humanismo en el futuro, título sugerente. Proyecciones, coloquios, debates, nuevas ediciones (la biografía de Marie Anne Lescourret y sus Obras Completas son dos de las más importantes) están previstas a lo largo del año. Dos libros imperativos: Totalidad e infinito, ensayo sobre la exterioridad y Más allá del versículo.

Hay una frase de Modigliani, superbe: Cuando vea tu alma, pintaré tu rostro...

enseguida esta canción de Khaled, me conecta con un rostro que me gusta: http://es.youtube.com/watch?v=5F9Dg7jV0dU&feature=related