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dimanche, novembre 25, 2007

sueños

Qué extraños son los sueños, no saber cóm podemos penetrar ese tejido simbólico que hemos construido con ciertas personas. Anoche soñé con X, en el sueño estaba físicamente en mal estado (pro yo lo interpretaba cmo una desomposición moral)y eso lograba enfurecerme. Injuriaba mientras esta persona se mantenía inmóvil, en un estado casi catatónico. Había mucha gente, pero completamente indolente a lo que yo sentía, casi con esa indolencia de los niños. Al despertarme pensé que esta persona es una guerra personal porque representa, en algunos estados, lo que yo no quiero en mí, es decir el abandono, la inacción, la sumisión. Entonces mi guerra secreta es hacer todo lo posible para que no se rinda, como si fuese una causa, o si me aferrase a esa parte suya que representa la misma en mí. Pese a eso no logro darle el valor que realmente tiene esa relación y en mi memoria, la confundo, selecciono. Lo que me exaspera es que mi conciencia, y mi exigencia, no se imponen a esa parte subsconciente que ha tejido una serie de significados que solo yo sé. En fin, es como una caverna en la que tocamos huellas y en la que el languaje, el hecho de escribirlo, no nos libera de esa dominación simbólica, solo nos hace más concientes. Supongo que en algún momento, por una especie de proeza, también simbólica, salimos de eso, transformamos esos signos en otros. Leo a Proust y me doy cuenta de que no soy la única que se obsesiona con esos significados, es el trabajo de espeleóloga, de reconocedora de signos.... en fin, espero!
Ayer, en la fiesta de una pareja de españoles, en un casa imprsionante que perteneció a una cantante de ópera, impresión de que se trataba más de un desfile de máscaras que de rostros hmanos. Por qué,? porque todo el mundo actuaba un rol y nadie era, salvo una mujer muy simpática, lo que era sino su representación. El verano pasado en Marienbad, de Alains Resnais y con guión de Alain Robbe- Grillet muestra muy bien esto. Es terrible porque todo parece de cera.

Una cosa que me tocó de esta mujer fue que hablaba de su mudanza a España luego de haber trabajado 40 años en el consulado de Montpellier Aprensión de no adaptarse, miedo del cambio y sensación de desarrarigo que comprendí muy bien.

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