Pages

jeudi, août 02, 2007

Mi propia música


El que ama más traiciona primero, Poesías, Lautréamont.



Pienso, de nuevo, en esa impotencia que sentimos cuando no podemos transformar algo, alguien, cuando no logramos tocar ni entrar en una persona a través de la palabra y nos quedamos solas, con nuestra música, tocando sin público. Y tiene que ver con Bergman y tiene que ver con Antonioni.... Pienso, ahora que leía un texto de Clarice Lispector, en cúán violenta y dura puede ser esa lucha por levantar la cabeza y avanzar tocando tu propia música, también tiene que ver con el texto de Cristina y el mío, sin comentarios, solitarios. Leo lo de Lispector y sí, hay un diálogo, una reflexión acompañada, que se ensancha. La cito: Pero el hambre violenta, es exigente y orgullosa, y cuando se va con orgullo y exigencia el mundo se vuelve duro a los dientes y al alma (...)... Yo todavía no sé cómo controlar mi odio pero ya sé que mi odio es un amor irrealizado, mi odio es una vida nunca vivida aún. Porque lo he vivido todo menos la vida. Y es eso lo que no me perdono, y como no soporto no perdonarme, entonces no perdono a los otros. Hasta ese punto he llegado: como no he conseguido la vida quiero matarla. Mi cólera qué es sino reivindicación? Mi cólera, ya lo sé, tengo que saberlo que este raro momento de elección, mi cólera es el reverso de mi amor; si quisiera escoger finalmente entregarme sin orgullo a la dulzura del mundo, entonces llamaría a mi ira Amor.


He abierto este libro esta mañana, y caído en este fragmento, como señalado por un dedo, casualidad?... mnnn... No sé, se busca, y con irreverencia, hasta hallar el lugar donde podemos pararnos a mirar el mundo, , plantar nuestra espada y liberar nuestro grito de alegría o de ira, o de frustración... Pero para que ese grito no se convierta en desgarro, es necesario saber que podemos trasnformarlo en otra cosa, sin orgullo, sin lamento.

Foto: Clarice Lispector

1 commentaire:

Fernando a dit…

Desde que descubri su existencia, la he estado leyendo como se leeria un libro de religion, con devocion y no soy religioso. He sido un companero silencioso en sus reflexiones. Perdone que no me haya sentido, escuchado, pero asi como yo deben haber muchos, que no queremos interrumpirla. De la manera como usted escribe los comentarios interrumpen, salen sobrando. No hay nada que agregar. Usted lo dice todo...