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jeudi, mai 31, 2007

Carnaval

A veces me pregunto si la comunicación es posible. Al final, todo es cuestión de creencias, de apuestas, como diría Pascal. Y una de ellas (para mí, para Elba, para otras personas)es darle a las palabras un significado. Qué difícil hacer pasar un mensaje cuando alguien no desea, no quiere ver. Por qué siempre estamos interpretando la vida e términos de ganancia y de pérdida? Es decir, esa angurria, esas ganas de poseer lo que no tenemos. Y sí, los que esperan desesperan, porque si no esperásemos más que lo que tenemos y supiéramos vivir con ello, no habría drama. Muy, muy pocas personas logran interpretar las cosas que le suceden como lo que son: un resultado del azar, una conjunción de instantes (en los que a veces tenemos mucho que ver, porque provocamos siempre algo, sobre todo, la respuesta en nosotroas), y no como una especie de designio o "mano maestra" que castiga. Esa superstición hace que mucha gente se resienta, crea lo que en tiempo del libro de Foucault, en Historia de la locura en la edad clásica, era llamado el Furor...
Ojo, ese furor puede ser nocivo para todos, el "furioso" terminaba encerrado para no dañar a la población. Pero, por supuesto, había los otros, los creadores, los que no creían en el designio divino, los libertinos, como Sade que terminó en prisión. En fin, aquellos que no soportaban someterse. Cuando la vida no va como deseamos: deberíamos pensar como Godard que se alegra que sus películas no se mantengan en cartelera: es que el mundo va bien. Podemos ver a través de los hechos más rápido de que pensamos, sería triste esperar a la vejez para etender que la vida es lo que ponemos en ella y lo que somos capaces de crear con ella.... Es bueno que la vida nos deje hacerlo, pero por qué no crear las condiciones con nustrs propios recursos? Lo que sí sabemos es que somos seres vulnerables, solitaros, ambiciososos, egoístas, pero también capaces de trascendernos cuando lo deseamos. Es cierto, la nobleza y la bondad son sentimientos (ahora más que antes) casi aristocráticos, lo veo cada vez más en la amargura que destilan algunas personas que creen no poseer lo que se merecen, o porque han acumulado una serie de frustraciones y no han sabido transformarlas, o, porque simplemente todavía están muy henchidas de vanidad y piensan que por un golpe de magia, alguien vendrá por ellos o ellas y les dirá: he aquí lo que te mereces! Eso es vivir desde la idealiad, y, por eso siempre estará la insatisfacción.... Pues bien (Asper, Jorge, Elena, María), la vida nos exige talento y menos miedo, un poco de humor, y mucha paciencia...
La vida sí es un Carnaval como esa canción de La sonora matancera, o la del francés (ojo) Raphael que cuelgo...

http://www.youtube.com/watch?v=P7aftTWTAwg

además en castellano... este Raphael es genial...

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