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dimanche, novembre 26, 2006

Indulgencia

La indulgencia como antídoto contra el desapego. Al final, cuando nos despegamos siempre perdemos algo. No creo que se trate de salvar a nadie, si no de crear un espacio de armonía, donde el diálogo sea posible. Sin eso, la experiencia se hace plana y pobre. Hoy visité la exposición de Tiziano, pintor del Renacimiento, en el Jardín de Luxemburgo. Una nube de gente, casi no se podía avanzarni ver bien los retratos, que de eso se trataba. Ganas de escribir y mantener un estado embrionario, fuera de la dispersión. En el café des Editeurs, conversaba con dos amigas, pero mis ganas de regresarme a escribir eran enormes. No me importaba estar afuera, quería, deseaba más que nada estar adentro. Necesidad de espacios abiertos y solitarios donde el pensamiento fluye.

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