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samedi, octobre 07, 2006

Tohu


Estaba leyendo, mientras contemplaba la montaña, los Escritos Franceses de Walter Benjamin. Hay un restrato suyo, durante una visita a Ibiza en 1939, antes de que ese lugar se convierta en una discoteca general, que es bastante revelador. Anima los textos que leo, por ejemplo, que Benjamin se interrumpía para decir constantemente: Tiens, tiens, en francés, que sería el equivalente de: mira, para nosotros. Y luego, Alexis me trajo un libro de Eric Vouillard, Tohu (éditions Léo Scheer, tarduciré un fragmento). Curioso, la prosa es brillante, las imágenes son corpóreas, casi palpables, son como viajes internos, cargados de imágenes oníricas. Por instantes es demasiadovirtuoso, pero su prosa no decae. Es una nueva tendencia entre los autores franceses (Vuillard tiene 37 años), una novela tipo río, es decir que fluye sin trama y sin personajes. Me preguntaba por qué me detengo en algún momento en su lectura, y creo que es la falta de escenificación lo que no permite adherir al texto, aunque lo sintamos fluir por instantes en el interior. Creo que el texto sin verbo activo, escena, situación, termina dejándonos en le mundo de lo abstracto puesto que el autor ha decidido no dotarlo de personajes si no simplemente de voces. Pero esas voces son altas y hablan a la vez, lo que no permite reconocerlas. Tal vez, y es una idea, el lector busca que la marca vital del autor se sienta, ahora más que nunca. Es como si fuese un bonito desfile de máscaras, algo así, volveré sobre esta idea. Me hace pensar en El viaje al Ecuador, de Henri Michaux, un paraíso artificial. También en esas sensaciones que alguna vez he sentido cuando he viajado por el Perú y que Eric ha puesto en este libro, un viaje a Puno con mi padre. Sé que cuando estuve allí estaba tan impresionada por la magnitud del paisaje, por su extrañeza y su austeridad, que sentía que solo podía ponerlo por escrito a través de sensaciones, casi como colores brutos aunque tenues. Vuillard ha estado en el Perú y ha vivido en Guatemala lo que hace que su texto transmita y no sea tan abstracto (el cuerpo está presente), creo que es como si avanzara a través del bosque tratando de hallar algo, algo así como un chamán que se pone en contacto con una experiencia trascendental. Eric debe leer el 14 al mismo tiempo que Alexis termina una instalación de materias no nobles en varios espaciosd el monasterio, inspirada en el Arte Pobre Italiano. Promesas para ir a bañarnos a Niza o a Ventimiglia con Alexis y Eric. El sol no nos ha abandonado. Y como siempre hablo de este monasterio, siempre olvido decir que cualquier persona que escribe y ha publicado es bienvenida. Basta con escribirle a Jean-Jacques Boin y proponer un proyecto (jean-jacques.boin@monun.fr. Es recomendable hablar francés para hacer compras y moverse con libertad, pero JJ habla español y con el inglés se puede comunicar. Así que...

foto: W.B.

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