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vendredi, octobre 13, 2006

memoria y Apollinaire


El premio Nóbel a Orahn Pamuk el mismo día en que en Francia se vota por un proyecto de ley para penalizar a las personas que se nieguen a reconocer la masacre armeniana. No creo que sea una coincidencia, es una especie de tribunal intermacional que busca establecer un deber de memoria. De lo que no estoy segura es de sí esta medida sea disuasiva. Posiblemente cuente más el Nóbel al hacer conocer la obra de Pamuk en la cual denuncia este olvido de parte de Turquía. Sin embargo, la prensa turca en general ha hecho saber su sorpresa por esa actitud francesa a quien consideraba “un amigo”... Ante el exceso de cinismo, una especie de sospechosa banalización del sufrimiento, del Holocausto, etc (una vez alguien me dijo, no fueron 6 millones, si no menos ¡!), un exceso de celo por la memoria. Lo malo es que esto parece una medida paternalista (nosotros tenemos que hacerlo puesto que ustedes no lo hacen) Francia en abanderada de los derechos humanos, aleccionadora y castigadora. El problema es que debería venir del propio pueblo Turco. Tal vez Pamuk, al llamar la atención con su Nóbel logre algo.

Ayer cité un poema de Apollinaire que no encuentro todavía ( lo leí en uan antología de poesía francesa publicada en el Perú y la traduicción era de Javier Sologuren). Hoy veo el suplemento de Le Monde que se han publicado sus Cartas de Amor a Madeleinne que son de una sensualidad evidente. Las escribe durante la Primera Guerra Mundial, tal vez herido: siempre se ha llamado vicios a todos los refinamientos. Y esta forma de hablar ha alcanzado también las posturas más comunes del amor que los Antiguos practicaban abiertamente y los Modernos con hipocresía. Y también: he pensado por un largo instante en tu cuerpo, he imaginado la separación de tus piernas y el rubor exquisito de la construcción abisal del deseo. La punta de dardo de tus senos le daba a mi boca un ardor insospechado. Como dice Le Monde, la escritura para Apollinaire es el lugar de la belleza: La vida solo es dolorosa para aquellos que se mantienen alejados de la poesía, a través de la cual es verdad que nos hacemos a la imagen de Dios. Y termina una de sus cartas así: Pienso en tu cuerpo exquisito y aterciopelado. Escríbeme sobre el amor, sé mi pantera para entrar en la vida de nuestro amor. Tomo mil veces tu boca y tu lengua. Y para unir escritura y vida: Hay que decir la verdad (...) Escribe con esas plabras que hacen que nos sintamos vivos.

1 commentaire:

Anonyme a dit…

Apenas para un viernes. La fiesta que quería hoy y fue. Gracias.