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mercredi, février 01, 2006

La primera persona


Hace unos días hablaba con una persona bastante sabia. Conversábamos del por qué el interés de la primera persona, de las autobiografías, de los diarios, etc... Ella me decía que lo que interesaba al lector era saber cómo habían hecho los demás para salvarse, peor también para ser felices. Los otros funcionan a manera de espejo, en ellos nos vemos, aunque no sea totalmente. Lo importarse es verse y poder reconocer el rostro que aparece. Sucede que con los viajes, la despersonalización, es evidente. Al viajar, los rostros cambian y nos piden cosas distintas, nos envían también señales irreconocibles, a veces, realmente nuevas. Aunque yo creo que siempre hay cierta generosidad en la mirada de los otros, incluso en sus mensajes, depende de cómo escuchemos, es decir, de nuestro propio estado. El estar alienados, como suele suceder en sociedades con carencias concretas, con la subsistencia, con tener una vida digna, no nos deja ver lo esencial. No nos deja ver esos rostros vivos, humanos, intensos. La primera persona a lo mejor nos conecta con lo más íntimo y los más auténtico (por la intención de ser honestos), lo que hace que la proximidad sea de verdad, casi como tocar la mano de alguien para sentirnos menos solas.

Pensando en la incapacidad de relacionarse, de ese no querer ver al otro ni escucharlo, encontré un artículo sobre un grupo de escritores en el cual estaba Michel Houellebecq. Creo que me interesaron por sus planteamientos estéticos, pero también filosóficos, aunque había algo de muy branché a la parisina, algo un poco artificial ,y eso sí me gustaba... Cuando Houellebecq publicó Las partículas elementales, Nicolas Bourriaud, uno de los que formaron este grupo, denunció una forma de pensamiento cerrado, eugenista, y peligroso. Hace unos días leía un artículo muy interesante en el diario Liberation sobre "El odio del otro", maquillaje para una nueva forma de pensamiento intolerante que se disfraza de "políticamente incorrecto" (volveré sobre el tema). Cito algunos fragmentos: Ningún filósofo, ha hablado del odio y del amor como Baruch Spinoza: El amor no es otra cosa que la alegría acompañada de la idea de un factor exterior, y el odio no es otra cosa que la tristeza acompañada de la idea de una causa también exterior. El que ama se esfuerza necesariamente en conservar el objeto de su amor y hacerlo presente, el que odia, todo lo contrario, se aleja y destruye a su objeto.

mmmmm para pensar...

Pongo ahora una parte del artículo sobre el grupo Perpendicular, al que pertenecía MH...

En un café de la rue des Archives, en París, un grupo de escritores se reúne todos los miércoles a leer textos o conversar sobre diversos temas. Son escritores, curiosos, y todo aquel que desee unirse al movimiento. En el fondo que se busca es una convergencia de saberes, manifestaciones de vida y significados diversos; algo que producimos constantemente: efectos. Efectos de lenguaje, efectos sonoros, efectos ópticos. Es un poco en síntesis lo que se proponía Perpendicular para romper con la formacíón cultural y estratificada del lenguaje. Cito una parte de su manifiesto: Todos los movimientos culturales han valorizado las formas consideradas como marginales: Dada y el arte africano, el Surrealismo y la vida cotidiana, el Pop art y la producción de masas, etc. El Perpendicular desea aportar a este movimiento de arriba hacia abajo, un movimiento de abajo hacia arriba, confrontando la alta cultura a auquellos elementos no considerados como tales ( la cultura popular por ejemplo). Se puede leer un manual de bicicleta como un poema modernista, o ver una película de Jacques Tati como una ecuación. La cultura es una caja de herramientas.
No hay, entonces cánon cultural, esta es una idea deleuziana: el sentido no es nunca principio u origen, sino producto. En otras palabras, el sentido se lo damos nosotros cuando interpretamos. No existe para ellos lo elevado o lo sublime, sino efectos en la superficie inseparables de su propia dimensión. Hay una idea central en todo esto y es acabar con el dualismo de los modernos, recupernado lo paradójico, revindicando el caos, y el humor como el arte de la superficie en lugar de la ironía, arte de la profundidad y la altura. Reconciliación de conocimeitnos, por más banales que parezcan. Lo real es una estratificación que hay que atravesar como Alicia en el País de las Maravillas. El aparente sinsentido que nos rodea podría ser interpretado no como ausencia, sino como un sentido en sí mismo. En este caso, la literatura se convierte en una multiplicidad de posibilidades dentro del juego lógico de las proposiciones y sus diferentes configuraciones. Los Perpendiculares son críticos de arte, oficinistas, periodistas, ingenieros (sic), escriben ensayos, cuentos de educación canina o filosóficos, epopeyas burlescas, novelas policiales, relatos de creación colectiva, Los cantos de Mauricio, ¿por qué no?.
La revista Perpendicular duró poco tiempo. Nicolas Bourriaud http://www.counter-googling.net/bourriaud.htmpasó a las artes plásticas y ahora dirige el Palais de Tokyo, uno de los centros dea rte contemporáneo más importantes en el mundo, Houellebecq se ha convertido en el escritor reaccionario más contestado después de Céline y Mauriac... Lo que empezó como una sublime película de Jacques Tati terminó como uan fría película de ciencia ficción!

1 commentaire:

Rain (Virginia M.T.) a dit…

Esas ideas centrales propugnadas por los Perpendiculares, las veo latentes, sin ese nombre, mas allì están. Tal vez más clarificadas, menos dadas a plasmarse en la superficialidad. Es una imprsión que tengo. La cuestión será indagar.

Patricia, tu bitácora nos ofrece eso: un estímulo vitalista y un placer constantes...