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jeudi, décembre 22, 2005

El amor, tralalá...

Para darle un nombre los sentimientos de apego por las personas, hemos inventado una sóla palabra: amor. Pero me preguntaba si bastaba con ella, porque su espacio semántico, es reducido. El amor puede ser deseo por alguien, pero también puede ser un don, necesidad de dar sin esperar nada (el texto del Eclesiastés, sino me equivoco, es muy hermoso). En su diálogo El banquete, Platón analiza lo que considera amar y pone a Diotina como la diosa de la sabiduría y del buen amor, en la época medioeval, fueron los trovadores, y en la época moderna, luego del Romanticismo, dominó un modelo de amor trágico, siempre imposible. Eso, gracias a el auge de las novelas y a sus heroínas. En todo caso, podrían econtrarse muchísimos ejemplos. Pero lo que yo quería decir es que la palabra reduce el concepto a una forma de exlusividad que limita de alguna forma la libertad. Debería ser amar para que alguien se sienta más libre. Recuerdo uan carta de Heidegger dirigida a Hannah Arendt: te amaré en la medida en que seas fiel a ti misma. Me parece una bonita definición del amor, que alguien te ame para acercarte a ti misma y no para alejarte. Si el amar es comprendido como uan fuerza positiva, energética y creativa, no debería hacer sufrir. Sufrimos cuando no nos sentimos correspondidos, pero podríamos entender que sino lo somos es por que en nuestra elección no hemos dejado que el Otro actúe en nuestro interior. Nos hemos enamorado de la idea que poseemos del amor y no de la persona que lo inspira. Es la división entre los idealistas y los pragmáticos. Es difícil hacer que una persona coincida con la idea que nos hemos formado del amor. Para las mujeres el hombre muchas veces tiene que ser suficientemente sutil (y elegante) como para comprender las expectativas que podemos tener, justamente el hecho de poder ser fiel a nosotras mismas y no a un modelo social impuesto, construido por una sociedad androcentrista. Una mujer que no corresponda a ese modelo, muchas veces se queda sola. Parece casi imposible que no se desconfíe de una mujer que no tenga a un hombre junto a ella. El otro día conversaba con una mujer que vivía sola y me comentaba que sus círculos eran siempre de solteros, porque las personas en pareja no aceptaban la subversión de la soledad. Finalmente en esos encuentros con los otros, del mismo sexo, o del opuesto, nuestra propia imagen se pone a prueba. Milan Kundera decía una de las pocas cosas que me han gustado: uno no ama alguien por sus cualidades, sino por sus defectos. Sería lo más cercano a ser fiel a sí misma. Ahora, en la separaciones, suele haber el sentimiento de no haber sido comprendido o valorado como se deseaba. Cada pareja que se separa piensa y siente que de alguna forma estando con esa persona de la cual se separa, ha perdido algo o ha traicionado algo. Y tal vez no sea eso, es que nadie nos devolverá nuestra imagen incompleta y la persona que comparte con nosotros nos hace ver todo lo que somos, en el sentido más extenso del término. No es una plusvalía amar, es un riesgo. Y por eso pienso que las relaciones no se acaban ni se terminan, solo se transforman en otra cosa. El deseo es impredecible, las personas, también. Nos acercamos para tratar de reconocernos en el otro, pero en ese juego también nos despersonalizamos. Entonces, ¿es que estamos condenados a la duda y a la imprecisión? No creo, si avanzamos con confianza, si dejamos que lo que nos oriente, sean nuestros sentimientos y menos las ideas, quizás sea menos complicado aceptar las pérdidas o las separaciones. La verdad que en el fondo no estoy segura de nada de lo que escribo, son únicamente divagaciones. ¿Pero por qué no, diablos! el amor comprendido como una fuerza vasta, amplia, generosa, como una libido que acepta su movimiento, por qué no? Parece una idea un poco mística y hay algo de eso en esa vocación que podríamos tener por los otros. Obviamente si nos aceptamos, podemos avanzar hacia el encuentro. Bueno, todo esto es un poco abstracto, pero la experiencia msma del amor, lo es.

4 commentaires:

cantares a dit…

Me han gustado mucho estas reflexiones. Por el buen sentido comun que permea en ellas.

Soy uno de sus primerisimos fans...de los que se alegran cuando al amanecer puede hallar un post nuevo suyo en este blog.

Cometi el atrevimiento de colocar estas reflexiones en mi blog, (con el necesario credito, por supuesto)...espero no haberme involucrado en una imprudencia imperdonable.

Erika Almenara a dit…

Me ha gustado mucho este post. Definitivamente el amor "sano" debería ser aquello que has descrito. Lamentablemente - y tal vez se deba al mal uso de la palabra amor - la gente intenta amar a otro sin conocerse, me parece que ahí radica el problema. Se cae en el "amar al amor" y no a la persona porque no se sabe quién es uno mismo, menos se puede reconocer al otro.

Rain (Virginia M.T.) a dit…

Patricia, lo que has escrito me confronta conmigo misma.

Muchas, mucgas gracias por lo que escribes, conmoviendo y movilizando meditaciones.

11 de enero/06.

Anonyme a dit…

Buena definicion del amor,interesante que escogieras a Kundera,para definir el amor,una frase que por demas amo:amar a alguien por sus defectos es asi como se debe amar
Enhorabuena
Magaly Cuellar
Guadalajara,Jal