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mardi, novembre 22, 2005

El frío

Cuando llega el invierno, siempre pienso que el frío es insoportable. Es una impresión de información no registrada en el disco duro de mi memoria. El temor a las temperaturas extremas, frío o calor, es que impidan pensar con propiedad. Jean-Jacques Rousseau hace un análisis apasionante en un pequeño ensayo, El origen de los idiomas, incluído en otro texto suyo, Sobre la desigualdad de los hombres: ¿hasta qué punto influye el clima en nuestro comportamiento, pero sobre todo en nuestro lenguaje? Es una pregunta que yo siempre me he hecho contestando que en un cuerpo que se siente libre, que es dúctil, su lenguaje escrito también lo será. San Ignacio de Loyola da una serie de indicaciones precisas sobre hábitos alimenticios, sueño, etc., en sus Ejercicios espirituales, Nietszche estaba seguro de que la mala comida alemana tenía que ver con ese pensamiento rígido, y Emmanuel Kant detestaba todo tipo de sudores y secreciones. Gérard de Nerval le tenía fobia a la nieve, no sólo por la temperatura, sino porque el blanco le daba angustia.... Tal evz proque es como la locur ay él ya había presentido que se colgaría un día en la rue Linterne, en París.Yo miro desde mi ventana los mástiles del puerto de Sete, y hace frío y escribo pensando en que esta sensación es nueva y que tengo que reconocerla para organizarme de nuevo.En Lima nunca he pensado mucho en cómo organzarme, nunca llueve, y nunca hace realmente frío. He ahí toda la diferencia. Para terminar, con Rousseau, en su ensayo, sobre el origen de los idiomas, piensa que surgió por una necesidad de transmitir sentimientos: pasión, miedo, angustia o alegría y no necesidades, sed, calor, hambre, etc. Según Rousseau esto se podía resolver a través de mímicas. Las primeras representaciones hechas por nuestra especie responde entonces a una abstracción sobre nosotros mismos, a una consciencia de estar separados y solos: cosa mentale.

4 commentaires:

ElCortaVenas a dit…

Citó a tantos... pero sólo puedo pensar el frío envolviéndote de esas ganas de "organizarte". Todo es más intenso cuando esta lejos de su patria...

Von Krolock a dit…

Somos nuestro lenguaje

Oscar Pita Grandi a dit…

Muchas veces el malestar corporal se refleja en los textos, pero no precisamente en el lenguaje, sino en el estilo. Cabe la posibilidad de plantear las peores peripecias y padecimientos físicos y que estos sean narrados con abundante calidad. No creo que el sentirse enfermo pueda mermar el lenguaje, lo que sí pienso es que condiciona los temas, en la manera en que un autor desea guardar cierta honestidad en el oficio de escribir mentiras.

azuldeblasto a dit…

Es cierto que el tiempo influye.
Nací en Palma de Mallorca y residi más de diez años en la fria, gris, y neblinosa Milán; también en Barcelona. Las costumbres de la gente no son las mismas debido al tiempo y la cultura reinantes, y francamente, aprendí de todas ellas lo mejor.
Un saludo y enhorabuena por el blog.