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samedi, septembre 10, 2005

Literaturas nacionales

Literaturas nacionales


He leído sobre el debate de las literaturas nacionales y más que un problema de fondo sobre la novela (estructura, lenguaje, etc), me parece un problema ideológico. La desaparición de “literaturas nacionales” (un término que es extraño porque ninguna literatura puede ser nacional sino individual) tiene que ver con la transformación de la idea política de lo que es una nación. En Europa, y sobre todo en Francia, se habla de la desaparición del Estado-nación, pese a que haya ganado el no en el referendum para la constitución europea, que fue más una crítica a la política de Jacques Chirac. Ya Hannah Arendt había hecho una crítica contraponiendo el modelo americano al francés, y ahora, la mayoría está de acuerdo en que vamos hacia un Estado cosmopolita. Ese aspecto está íntimamente ligado a la idea que manejamos de nación y de todo lo que se deriva de esta palabra. ¿Qué sucederá con el resto del mundo? Tal vez ya hemos hecho el salto sin darnos cuenta a una forma de naciones más bien híbridas (caso de la China), mestizas y complicadas (Brasil). Ese es nuestro futuro. Cualquier otra definición simplificadora, no hará más que hundirnos en debates ideológicos sin fin. A los escritores se les pide que hagan el trabajo que otros deberían hacer(historiadores, filósofos, sociólogos), par defaut, como se dice en francés. Quiero decir que la unidad, la cohesión de una nación, la dará un proyecto que involucre a todos los habitantes de un país de manera que todos se sientan convocados a participar en condiciones de igualdad. Sobre lo que nos espera para el futuro, una lenta reflexión sobre lo que hemos creado nosotros mismos-un aspecto que me gustaría resaltar es el hecho de que Francia, quien veía como un modelo el sistema inglés, ahora es Inglaterra, luego de los atentados de Londres, quien se hace la pregunta sobre el modelo republicano, gaullista como el más eficaz-, se impone, comparándola con los modelos europeos y el norteamericano. Sin embargo, los escritores no serán los que les den una identidad homogénea a los proyectos que buscan una identidad, sino los que marcarán las fallas. La riqueza de América Latina viene de su mestizaje, que es una manera envidiable de flexibilidady de combustión creativa. Europa está yendo hacia un modelo federal, abandonando las soberanías nacionales, cosa que mucha gente vive mal y por eso el No a la Constitución europea, un documento modernísimo sobre los derechos de los ciudadanos, se ha visto en la puerta de la calle. Pero sólo es un comienzo para una nueva partida que quizás mire a los países, llamados ahora “emergentes”, como un pequeño pulmón limpio que respira su complejidad. Entonces no nos hundamos en el pantano de lo nacional, ningún escritor es nacionalizable, es el quién decide de dónde es sino habríamos exiliado a Stendhal, a Nietszche, a Chateaubriand a Beckett, etc... por haber escrito sobre otros lugares y en otros idiomas.

Voy a seguir con el Diario del África que, por instantes me impresiona por su lucidez, y otras, me deja un poco con la duda sobr el estado de quien lo ha escrito. Delirios de grandeza, erotomanía desenfrenada... etc...

Ahora quería poner la traducción de un texto de Madame de Stael sobre las mujeres y la literatura, impresionante porque su análisis no ha perdido un mínimo de su fuerza y eso me empuja a ponerlo. Pongo un primer fragmento:

Madame de Stael: Las mujeres que cultivan las letras.


El sufrimiento es como la montaña negra de Bember, en los extremos del reino ardiente de Lahor: Mientras subes, no ves más que rocas estériles, pero cuando estás en la cima, el cielo se abre sobre tu cabeza, y a tus pies el reino de Cachemira.

La Cabaña del indio
Por Bernardin de Saint-Pierre


La existencia de las mujeres en la sociedad es todavía incierta bajo varios puntos de vista. El deseo de gustar exita su espíritu; la razón les aconseja la oscuridad y todo es arbitrario en sus éxitos como en sus fracasos.
Llegará, pienso, una época en la cual filósofos legisladores darán una atención seria a la educación que las mujeres deban recibir, a las leyes civiles que las protegen, a los deberes que hay que imponerles, a la felicidad que se les puede garantizar, pero, en el estado actual, ellas no son, en la mayor parte, ni en el orden de la la naturaleza ni en el de la sociedad. Lo que funciona para algunas, pierde a otras. Las cualidades suelen perderlas, algunas veces sus defectos les sirven; unas veces son todo, otras, son nada. Su destino reúne, para algunos, a algunos liberados de los emperadores; si desean adquirir ascendencia, le dan un poder que la ley les ha dado, si siguen siendo esclavas, oprimen su destino.
Ciertamente es mejor, en general, que las mujeres se consagren a las tareas domésticas; pero lo que es raro en los juicios de los hombres sobre ellas, es que les perdonan más fácilmente que falten a sus deberes que llamar la atención por talentos distinguidos. Toleran en ellas la degradación del corazón en favor de la mediocridad del espíritu; mientras que la honestidad más perfecta podría apenas obtener la gracia por una superioridad verdadera.
Desarrollaré las diversas razones de esta singularidad: Empiezo por examinar cuál es la suerte de las mujeres que cultivan las letras en las monarquías y cuál es su suerte en las repúblicas.
Me aferro en caracterizar las principales diferencias que estas dos situaciones políticas deben producir en el destino de las mujeres que aspiran a la celebridad literaria, y considero enseguida de una forma general qué felicidad y qué gloria les espera a las mujeres que lo pretenden.
En las monarquías, ellas tienen el temor del ridículo, y en las repúblicas, el odio.
Está en la naturaleza de las cosas que, en una monarquía donde el tacto de las mujeres es finamente entendido, toda acción extraordinaria, todo movimiento para salir de ese lugar, parece en principio ridículo. Lo que estás obligada a hacer por tu estado y tu posición encuentra miles de aprobadores; lo que inventas sin necesidad, sin obligación es, desde antes juzgado con severidad. La envidia natural a todos los hombres no se calma que si te excusas, por decirlo así, de un éxito por un deber; pero sino encuentras un pretexto a tu situación y de tu interés incluso de la gloria, si te creen interesada sólo en distinguirte, inoportunas a aquellos cuya ambición lleva por la misma ruta que tú.

(...)

1 commentaire:

Rain (Virginia M.T.) a dit…

Con tu post,me clarifico en algunos puntos... definitivamente.

Y justamente hoy se ha presentadoen Lima, un libro sonre Historia , de Luis Millones y no me fue posible ir. En la breve entrevista que en la mañana escuché -ya iniciada- él decía que en el libro se plantea la pregunta ¿Qué podría haber sucedido en términos de sentimientos en Perú?



Nación, nacionalismo...y aún se desatan pasiones extremas en aras del nacionalismo,ahora remozado...

Salutes Patricia.